La banca busca un socio industrial para quedarse con Pescanova

Las siete grandes entidades acreedoras estudian esta opción ante el órdago de Carceller de dejar caer la multinacional

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Los principales bancos acreedores de Pescanova buscan un socio industrial para tomar el control de la multinacional pesquera. Están dispuestos a capitalizar deuda y tomar las riendas de la compañía que preside Juan Manuel Urgoiti si ninguno de los interesados en el grupo se pliega y reduce las elevadas quitas que pretenden aplicar sobre la deuda.

Hasta ahora, esta tercera opción no había sido tomada realmente en serio. La banca acreedora jugaba con las dos propuestas presentadas en firme. Por un lado, la cervecera Damm, de Demetrio Carceller, junto a los fondos Luxempart, KKR y Ergon Capital se ofreció a recapitalizar la pesquera con una inyección de 250 millones de euros. Eso sí, su propuesta pasa por aplicar una quita sobre la deuda que podía llegar hasta el 92%.

Ante la alta exigencia de Carceller, Deutsche Bank avaló ante la banca española una segunda oferta. La de los fondos Centerbridge y Blue Crest. Se comprometen a inyectar hasta 300 millones, pero el peaje a los acreedores es una quita del 80%. Ninguna de las dos opciones es válida para la banca.

Carceller hace oídos sordos

Ante esa situación, esta misma semana, el núcleo duro de las entidades acreedoras (Novagalicia, Popular, Sabadell, Bankia, BBVA, Santander y Caixabank) lanzó un ultimatum, tanto a Carceller como a Centerbridge. Si querían su apoyo era necesario presentar una nueva oferta, con una quita mucho menor. En el marco de las negociaciones, algunas entidades incluso llegaron a indicar que para aceptar unos descuentos de tal calibre, era mejor dejar que la empresa entrase en liquidación, pues recuperarían más con la venta de activos.

No obstante, Carceller no parece dispuesto a dar un paso atrás. Según este viernes publicó El Confidencial, Damm le ha dado la vuelta a la tortilla. Es su consorcio el que ahora amenaza con dejar caer al grupo gallego si la banca no apoya su propuesta de quita, que no bajará del 80%.

Los siete grandes acreedores buscan apoyos

El órdago ha sentado muy mal entre las entidades acreedoras españolas, que parecen dispuestas ya a barajar de forma firme esta tercera opción. Estudian capitalizar deuda y, opcionalmente, combinar la operación con una emisión de bonos. Pero para ello, es necesario tener un socio industrial que gestione a la firma gallega en el futuro.

Por ahora, son sólo los siete grandes bancos acreedores los que contemplan esta posibilidad. La unidad del grupo sólo podría verse comprometida por Santander y BBVA, que ya mostraron reticencias a inyectar el pasado verano los 56 millones que Pescanova necesitaba para sobrevivir. Entre todos suman unos 1.000 millones de total del pasivo, en torno al 25% del total. Por eso tentan la integración de los bancos extranjeros. Necesitan el apoyo del 51% de los acreedores para poder decantar el convenio.

Este viernes arrancó la fase de convenio, que debería estar cerrado para mediados de marzo.

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