La banca acreedora encarga a KPMG el plan de negocio para salvar a Pescanova

Tras su demoledor 'forensic', creen que es la más adecuada para elaborar este documento, complementario al informe concursal de Deloitte

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Desde esta misma semana KPMG tiene el encargo de la banca acreedora de elaborar el plan de negocio que deberá seguir Pescanova para salir a flote y evitar su liquidación. Tras realizar el demoledor informe forensic sobre la gestión de la multinacional, las entidades más expuestas a la deuda de la pesquera coinciden en que “nadie mejor que ella” para llevar a cabo la encomienda.

No obstante, la banca por sí sola no puede tomar esa decisión. Su proposición deberá ser aprobada por el consejo y el administrador concursal. Ese plan de negocio será complementario a la propuesta de convenio que salga del informe concursal que prepara Deloitte.

Deloitte pidió más tiempo

Precisamente el mes pasado, la administradora concursal de la compañía anunció que solicitaría al juez de lo Mercantil Número 1 de Pontevedra, Roberto de la Cruz, una prórroga de dos meses para elaborar el citado informe concursal de la firma gallega. Una prórroga excepcional pero necesaria teniendo en cuenta la complejidad y el volumen de la información procedente de las filiales de la compañía de Manuel Fernández de Sousa.

Una vez los administradores concursales hayan recogido dicha información, así como la relación actualizada de créditos contra la masa, el juez dictará resolución con el cierre de la fase común y la apertura de la fase de convenio.

Previsión de altas quitas

En el informe que realiza Deloitte se plantearán, entre otras cuestiones, las quitas que le aplicarán a los acreedores, que se prevén altas a tenor de los datos que han salido a la luz tras el forensic de Pescanova.

La deuda financiera de la compañía sobrepasa los 3.200 millones de euros y, además, cuenta con un agujero patrimonial de casi 1.000 millones.

Reducir la deuda

El plan de negocio de KPMG, siempre que el encargo de la banca sea aceptado por la administración concursal, analizará las distintas opciones de la multinacional para salir de la situación en la que se encuentra y aliviar su deuda. Estudiará por tanto la conveniencia de venta de activos, así como la posibilidad de expedientes reguladores de plantilla, posibles liquidaciones de filiales o capitalizaciones de préstamos, entre otras posibilidades.

Se sobreentiende, no obstante, que será un departamento análogo al que realizó el forensic, el que se encargue dentro de KPMG, de elaborar este plan de negocio.

El precedente de Martinsa Fadesa

A pesar de que Deloitte es el administrador concursal de Pescanova, el hecho de que se escoja a otra auditora para realizar un plan de estas características no es raro, sobre todo en procesos de una magnitud como esta.

De hecho, en 2008, Martinsa Fadesa encargó a Deloitte que preparase un plan de viabilidad para salir del concurso y poder saldar parte de la deuda de 5.000 millones contraída con los acreedores. 

El plan de viabilidad fue aprobado por los administradores concursales de la empresa: Antonio Moreno (por parte de Bankinter), Antonia Magdaleno (como abogada administradora) y Ángel Martín (representante de KMPG).

Las claves del ‘forensic’

Así, mientras semeja que el trabajo de KPMG en Pescanova aún no ha acabado, las conclusiones de su impactante forensic siguen sorprendiendo. El documento refleja no sólo que la compañía se encuentra en quiebra técnica al tener un agujero patrimonial de 927 millones. Revela, además, que hubo ocultación de pérdidas por parte de los gestores de la empresa y que esta no obtuvo beneficios en los últimos tres ejercicios a pesar de asegurar lo contrario.

Igualmente, parece quedar acreditado que Pescanova se servía de sociedades instrumentales para obtener financiación y emitir facturas falsas.

El ‘maquillaje’ de las pérdidas

En el extenso informe, de 350 páginas sobre la contabilidad del gigante pesquero, se explican cómo se maquillaban las cuentas de la compañía. Según publica El País, el forensic indica que los resultados mensuales se mejoraban pasando facturas a determinadas filiales y que las empresas pagaban menos impuestos si se facturaba a través de otra compañía a nombre de un testaferro. Estas figuras también eran utilizadas para ocultar las participaciones reales en Pescanova.

Según el diario, un correo enviado a Fernández de Sousa por Alfonso García, administrador solidario de varias empresas relacionadas con Pescanova, advertía al presidente de que Cubimarket era la sociedad en la que se aparcaban las acciones de Novaman, una de las filiales en África. Ante las pesquisas de Hacienda, recomendaba liquidarla y constituir otra nueva.

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