Juan Roig apadrina el negocio que surgió de los retales de un sofá

El dueño de Mercadona da el impulso definitivo a Ribags en Lanzadera, su vivero de pymes. El producto de la start up conquista ahora toda Europa

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Como fruto de la casualidad. Así surgieron las icónicas mochilas artesanales Ribags. David Rivadulla acudió a Arad (Rumanía) a aprender el negocio familiar de la producción de sofás de piel. Tras una trayectoria de 50 años, la empresa valenciana Tresillos Rivadulla abría en el país centroeuropeo la primera fábrica fuera de España.

En la factoría, el joven empresario aprovechaba los ratos muertos para elaborar mochilas con retales de los tejidos y cremalleras de los sofás. «Cuando volvía a Valencia mis amigos las veían y me pedían que les trajera una», relata a Economía Digital. En 2013 registró la marca, elaboró una versión mejorada del producto, de piel de vaca, y empezó a venderlo «por inquietud comercial» en la tienda de un conocido, Strap.

Mercados de jóvenes diseñadores como el Mercado Central de Diseño de Madrid fueron el escenario en el que Rivadulla pudo testar el éxito de las mochilas. En paralelo, visitaba tiendas a puerta fría para ofrecerles el producto, cuyas ventas canalizaba a través de la empresa de su padre. En 2014, ya con el respaldo de una facturación incipiente, lanzó el portal de venta on line.

El impulso de Juan Roig

David Rivadulla, impulsor de Ribags. ED

En 2015 fundó la empresa y Lanzadera se cruzó en el camino de Ribags. Rivadulla presentó el proyecto a la aceleradora de empresas de Juan Roig, el dueño de Mercadona, tras ver un anuncio en Instagram y fue seleccionado. El paso por las instalaciones de la incubadora en la Marina Real de Valencia sirvió a Ribags para ampliar la gama de productos y planificar el salto internacional. Cerró 2015 con 35.000 euros de facturación.

Tras dejar Lanzadera en abril, el siguiente paso de las mochilas artesanales ha sido abrir una tienda física en el barrio de Ruzafa de Valencia, que al mismo tiempo es oficina y punto de envío de pedidos. Rivadulla tiene clara su estrategia: combinar la venta por Internet y en tiendas físicas. Ya está presente en una decena de locales repartidos por la geografía española.

Comprar sin tocar

Las mochilas de Ribags están elaboradas de forma artesanal con piel de vaca en una fábrica de Benaguassil (Valencia) y se venden a un importe que oscila entre los 95 y los 125 euros. «Al ser un producto con un umbral de precio medio-alto, la venta por Internet es complicada», comenta el emprendedor. «El cliente es reacio a comprar algo que no puede tocar», apunta. 

Ante la importancia del canal físico para colocar el producto, Ribags prevé extenderse en 2017 a una decena de tiendas en España y dar el salto a Europa. Las mochilas artesanales llegarán a Londres y Amsterdam en el primer semestre del año. «Son zonas frías y con alto poder adquisitivo», argumenta. París y Varsovia son las siguientes ciudades en el punto de mira de la marca.

Para afrontar la expansión Rivadulla necesita capital. Según señala, se encuentra en conversaciones con varios inversores. «Espero que tengamos suerte, ganas de trabajar no van a faltar», explica, mientras se desplaza de la fábrica de Benaguassil a la tienda.

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