José Sierra, el rey de los vehículos militares, deja la presidencia de Urovesa

El fundador de la compañía que enamoró a Defensa deja a su hijo, Justo Sierra, como presidente y pasa a ocupar la presidencia de honor

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Relevo generacional y relevo histórico. Urovesa, el fabricante de vehículos especiales con sede en Santiago, tiene nuevo presidente, después de que ocupara el cargo durante más de 35 años José Sierra Fernández, fundador de la compañía en 1981. Sierra convirtió una empresa con un equipo de 10 personas en un grupo con 300 trabajadores capaces de producir vehículos de 20 toneladas. Este mes ha cesado como presidente de Uro Vehículos Especiales para ocupar el cargo de presidente honorífico.

El relevo fue gradual, controlado. Sus hijos llevan años integrados en la compañía. Pero ha sido en mayo de 2016 cuando se ha formalizado. Justo Sierra Rey, hijo del fundador y vicepresidente desde 2008, es el nuevo presidente de Urovesa. Según fuentes empresariales, está sobradamente acostumbrado a llevar el día a día de la empresa. Cecilia Rey, también hija del fundador, es la nueva vicepresidenta, además de consejera y secretaria de Urovesa.

Junto al cargo de presidente de honor, José Sierra se mantiene como apoderado de la compañía, según consta en el Registro Mercantil.

Resistencia en la austeridad

Urovesa se despliega en una superficie de 22.000 metros cuadrados en el polígono del Tambre, a los que suman otros 40.000 en Valga. A pesar de los presumibles recortes en Defensa y en, general, en las administraciones, la empresa se ha mantenido en beneficios, ganando 2,3 millones en 2013 y 3,9 millones en 2014.

Esos ejercicios, Urovesa facturó 26 y 36 millones respectivamente, cifra baja, pues la empresa puede alcanzar cotas cercanas a los 100 millones en los años buenos.

Internacionalización y construcción civil

Aunque es conocida por los encargos de Defensa para el Ejército, como el vehículo todoterreno URO Vamtac, lo cierto es que bajo el timón de José Sierra la empresa logró un alto grado de internacionalización y algunos clientes privados, aproximadamente, el 10% de su producción.

El Vamtac equipa actualmente a ejércitos de todo el mundo. La internacionalización de Urovesa se inició en en 1989, logró su primer contrato en 1992 y actualmente tiene presencia en cuatro continentes.

La diversificación del negocio fue clave para el crecimiento de la empresa, pasando de los vehículos militares a los de emergencias o extinción de incendios, permitiéndole ampliar el mercado institucional.

Innovación durante 35 años

Natural de Viveiro, José Sierra fundó Uro Vehículos Especiales con un pequeño equipo y tras acumular experiencia en el sector de la automoción. Había estado 14 años en una empresa que fabricaba carrocetas enfocadas sobre todo a extraer madera de los montes.

En 1984, Urovesa consiguió su primer contrato con el Ministerio de Defensa para el Ejército español, que después se convertiría en un cliente estable de la firma. Todavía tardaría un lustro en iniciar la expansión internacional, sin que las negociaciones dieran fruto hasta 1.991.

El crecimiento estuvo ligado a los contratos como proveedor del Ministerio de Defensa, pero también a la apuesta por la innovación y la diversificación hacia el sector civil.

Esa idea de Sierra quedó reflejada en la página que le dedicó el grupo El Correo Gallego al distinguirlo en el club de Gallegos del Año, cuando señalaba que su negocio no consiste en vender vehículos o en competir con otros productores, sino en ofrecer soluciones a las necesidades de las administraciones.

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