Inmobiliaria Chamartín ficha a N 1 para refinanciar por fin su deuda

El grupo que preside Carlos Cutillas cuenta con una deuda de 1.750 millones de euros. Lleva más de un año de negociaciones infructuosas con sus acreedores, liderados por Banco Popular

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Inmobiliaria Chamartín se ha echado en brazos del asesor independiente N 1 para salir del callejón sin salida en el que se encuentra. La compañía acumula una deuda de 1.750 millones de euros repartida entre Portugal, España y Alemania, cuya refinanciación debía estar cerrada hace más de un año.

Mientras otras compañías del sector han cerrado sus respectivos procesos de refinanciación en plena crisis –Metrovacesa, Colonial o Reyal Urbis, entre las más grandes-, el de Chamartín está en el dique seco desde entonces. En un último intento a la desesperada, la promotora que preside Carlos Cutillas ha dado a N 1 el mandato para sacar adelante las negociaciones con las entidades financieras lideradas por Banco Popular.

Pero la refinanciación no es la única alternativa. De acuerdo con el mandato de Cutillas, N 1 -que este mismo año ha asesorado a Renta Corporación en la refinanciación de su deuda-, baraja un plan B, que es la venta de la compañía. Sin embargo, la dificilísima situación del sector inmobiliario elimina cualquier posibilidad de enajenar el grupo al precio que exigen sus accionistas.

La historia reciente de Chamartín está marcada por los fracasos. En la primavera del año pasado, Cutillas, dueño del 45% de la promotora, solicitó a los bancos aplazar tres años el pago de su deuda a corto plazo, un plazo que consideraba razonable para la recuperación del sector inmobiliario español. Luego, para conseguir los ingresos que le negaba el negocio típico, intentó también sin éxito la salida a bolsa de su filial alemana, que tuvo que ser cancelada por el escaso interés que despertó en los inversores.

Una promotora histórica

Chamartín es una entidad histórica con más de 60 años de vida. Durante los años del boom, el grupo realizó un agresivo plan de crecimiento en mercados como Portugal, Alemania, Polonia y EEUU en distintos negocios desde los centros comerciales –con la marca Dolce Vita-, oficinas y residencial.

En las últimas cuentas presentadas por Chamartín, correspondientes al ejercicio 2007, la compañía obtuvo 38,87 millones de beneficio, con unos ingresos por ventas de más 221 millones de euros.

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