Inditex, Abanca, Megasa y Cortizo, aliviados por la sentencia del «tax lease»

Grupos ajenos al naval que aprovecharon las desgravaciones para invertir en la construcción de buques son los grandes vencedores tras la decisión la justicia europea

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Un claro vencedor, y no son precisamente los astilleros, emerge tras la decisión de la justicia europea de tumbar la exigencia de la Comisión para que se devolvieran las desgravaciones fiscales del «tax lease», que permitieron financiar la construcción de buques en Galicia y en la Cornisa Cantábrica. Y son precisamente grandes inversores, también gallegos, los que se parapetan detrás de un sistema de bonificaciones que fue diseñado como un producto financiero, para captar recursos para reflotar el maltrecho sector naval. La sentencia de este miércoles alivia, básicamente, a esos grandes grupos.

Esos grupos tienen nombres y apellidos, que llegan hasta Inditex, uno de los principales inversores en el sistema que promovió la creación de navieras, a través de la fórmula mixta de las Agrupaciones de Interés Económico. Una AIE, un barco. Inditex, precisamente, fue uno de los grupos que decidió recurrir la decisión de Competencia.

Bases imponibles

La devolución de las desgravaciones fiscales entre 2007 y 2011, de acuerdo con los planteamientos de la UE, afectaba a dos grandes grupos autóctonos, Inditex y Metalúrgica Galaica (Megasa), que durante esos años tenían activas hasta un total de 17 Agrupaciones de Interés Económico. Sobre ellas y otros grupos recaía la devolución de las desgravaciones, que les permitieron generar bases imponibles negativas en sus Impuestos de Sociedades.
Inditex tenía bajo su órbita hasta 14 navieras a 31 de enero de 2010, que poco a poco se fueron liquidando hasta desaparecer de sus balances en los ejercicios siguientes. En el caso de la familia Freire, propietarios de Megasa, controlaban entre 2010 y 2011 un total de tres navieras, de las que poseían un 50%.

Realmente, Competencia no pedía la devolución de ayuda alguna, sino de las desgravaciones y bonificaciones fiscales que gozaron quienes invirtieron en este tipo de negocio, dejando a un lado el protagonismo de astilleros y concediéndoselo a armadores (navieros) y grandes fortunas (inversores). Por implicaciones, las hubo hasta de los sucesivos gobiernos en Madrid, cuyos responsables tributarios vieron con buenos ojos e incluso alentaron este tipo de bonificaciones con el fin de reactivar el durante años maltrecho sector naval.

Actores financieros

Abanca heredó de Novagalicia, y esta a su vez de Caixanova, toda una estructura de navieras que en su momento tuvieron su domicilio fiscal en Las Palmas y Tenerife. Aunque ha ido liquidando las sociedades, Abanca llegó a provisionar en las cuentas de este año unos 300 millones de euros para protegerse de litigios derivados de las preferentes y del «tax lease». Banco Sabadell-Gallego, también como herencia de la entidad que en su día fue filial de Caixanova, participó en el negocio. Y el Pastor.

Otro de los grandes grupo que en silencio ha invertido es Cortizo, dedicado al aluminio y son base de operaciones en Padrón. Cortizo (siete navieras) y José Alberto Barreras, entre otros, eran otros de los inversores.

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