Impotencia en el textil: solo puede fabricar la mascarilla más básica

La patronal textil dice que se ultima la producción de 160.000 mascarillas al día, pero serán quirúrgicas y no filtrantes, las que más protegen

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Anuncio agridulce de la industria textil española, que ultima la producción de hasta 160.000 mascarillas quirúrgicas al día para ayudar a cortar la cadena de contagio del coronavirus, fabricación que comenzará en cuanto el tejido con el que serán hechas sea homologado por el Instituto Tecnológico del Textil (AITEX).  La propia patronal admite que, por motivo de las deslocalzaciones en el sector, solo se pueden fabricar en España las más básicas, las quirúrgicas y no las filtrantes.

El tejido que se utilizará para fabricar esas 160.000 mascarillas servirá además para producir las batas de «usar y tirar» que se utilizan por miles en los hospitales y de las que, con la misma infraestructura, podrían producir unas 50.000 unidades diarias, según explica el presidente de la Federación Española de Empresas de la Confección (Fedecon), Ángel Asensio. «Ya hemos empezado con el corte, una vez homologado el tejido podemos empezar a fabricar al instante», según Asensio, quien confía en que esa homologación llegue en cuestión de 24 o 48 horas.

Para sustituir a las domésticas

Entre otros aspectos, el objetivo es corroborar la durabilidad de las mascarillas y que éstas son antibacterianas, lo que requiere de la elaboración de cultivos. Inicialmente, en la fabricación de estas mascarillas, que se entregarán al Ministerio de Sanidad, participarán unas cuatro plantas que arrancarán con una producción inicial diaria de 80.000 unidades, que aumentarán gradualmente hasta llegar a las 160.000.

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Antes de iniciar la producción, los talleres serán desinfectados por efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) con el fin de garantizar que las instalaciones cumplen con todos los requisitos sanitarios, ha subrayado Asensio.

Las mascarillas quirúrgicas son las que se utilizan en cirugías y otros procedimientos para evitar el contacto con las salpicaduras de fluidos o sangre potencialmente patógenos. Este tipo de mascarillas protege más al resto de personas que a quien la lleva puesta, puesto que evitan que las gotículas respiratorias con posibles patógenos que se emiten al estornudar o toser caigan, por ejemplo, sobre alimentos, otras personas o cualquier superficie.

Las mascarillas filtrantes y las deslocalizaciones

Así, el objetivo es que lleguen a enfermos o, por ejemplo, a las personas que manipulan alimentos y otros productos, para intentar romper la cadena de contagios, ha dicho Asensio, que ha subrayado que con las cifras que manejan se reducirían considerablemente la necesidad de importar estas mascarillas desde otros países. Además, se evitaría tener que recurrir a las que se están fabricando de forma «artesanal» en casas respondiendo a iniciativas solidarias y sin que se cumplan con las especificaciones y medidas de seguridad sanitaria adecuadas.

Sin embargo, la industria textil expañola no puede fabricar mascarillas filtrantes (FFP1, FFP2 y FFP3), que son las que protegen a quien las lleva puestas. El responsable de la patronal textil ha reconocido que, lamentablemente, la industria española no tiene capacidad para hacerlo, una limitación que ha achacado a la «deslocalización» de la producción hacia países «más baratos». En su opinión, esta situación evidencia la necesidad de llevar a cabo una reestructuración integral del sector, con la idea de que industrialización y empleo primen sobre precio.

Una industria textil vulnerable

Las mascarillas que no podrá fabricar España, las filtrantes (también llamadas autofiltrantes), contienen un filtro de micropartículas gracias al cual pueden proteger “de fuera hacia dentro” en distintos grados. Su finalidad es proteger al usuario frente a la inhalación de contaminantes ambientales (en partículas o aerosoles) tales como agentes patógenos, agentes químicos, antibióticos, citostáticos, etcétera.

«Nuestra industria ocupa un lugar estratégico en la economía española y no podemos permitir que sea vulnerable o dependiente de agentes externos. Planteamos, por este motivo, el necesario equilibrio entre lo que se produce dentro y fuera de nuestras fronteras», ha apuntado el presidente de Fedecon.

«Esperamos que, a través de la cooperación y contribución responsable y regulada, consigamos superar con éxito la crisis sanitaria que vivimos«, ha aseverado Asensio, que ha subrayado también que las empresas necesitan ayuda para poder superar el «parón» que están sufriendo por el coronavirus.

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