
Madrid, 22 de enero de 2016 (13:12 CET)
Desencuentro al más alto nivel entre los bonistas y los bancos acreedores de Abengoa a cuenta del nuevo préstamo de 160 millones de euros que la multinacional sevillana necesita para aguantar hasta el próximo de marzo, fecha en la que finaliza el preconcurso de acreedores, y que, de no llegarse a un acuerdo, acabaría de llevar a la empresa a la quiebra al grupo todavía controlado por la familia Benjumea.Al frente de las dos posturas, dos colosos. La macrogestora de fondos estadounidense Blackrock, por parte de los bonistas, y el Banco Santander, como mayor acreedor financiero, encabezando el denominado G-7, en el que, además de la entidad presidida por Ana Botín, se encuentran los españoles Bankia, Popular, Caixabank y Sabadell, y los extranjeros HSBC y Crédit Agricole.
El interés de la discordia
En diciembre, los bancos, junto al Instituto de Crédito Oficial (ICO), concedieron a Abengoa un crédito de 106 millones de euros con el que hacer frente a los gastos generales, sobre todo el pago de las nóminas a sus 24.000 empleados, 6.700 en Andalucía.
Y, ahora, son los bonistas los que han movido ficha para facilitar esos 160 millones. Pero el interés del préstamo entre uno y otro ha provocado el enfrentamiento. Mientras que los bancos lo concedieron al 5%, los bonistas quieren elevarlo hasta el 25%. Y los primeros no tragan, de momento, aunque a Abengoa no le quedará otra que aceptar al no haber más alternativas.
A la greña por la quita
Mientras se sustancian los términos del nuevo préstamo, tanto bonistas como acreedores también andan a la greña por el nivel de quita de deuda corporativa que se está barajando, de unos 6.000 millones, para dejarla en 3.000.
A los bonistas, el asunto no les viene tan mal. Han comprado deuda en los últimos meses en torno al 15% del valor nominal, por lo que, aun con una quita del 80%, ganarían el 5%. En cambio, para los bancos, el agujero sería considerable. Y, aunque no descartan negociar una quita, su estrategia en esta reestructuración financiera de Abengoa pasa por capitalizar la deuda y poner en marcha préstamos participativos.
Despidos a mansalva
La reducción de deuda corporativa en esos 6.000 millones viene determinada por el plan estratégico elaborado por Álvarez & Marsal, que consiste en la reducción de un 40% de los ingresos y del ebitda.
La empresa pasará de facturar 7.500 millones a unos 4.500 millones, mientras que el beneficio operativo se reducirá hasta los 600 millones, frente a los 1.400 de 2014. También conllevaría un buen número de despidos. Más de 10.000 a nivel global, de los que unos 1.700 lo serían en España.