Las grandes automotrices alemanas acordaron manipular precios

Audi, Porsche, Daimler, BMW y Volkswagen habrían violado la ley anticompetencia alemana al pactar precios y características de los vehículos que fabrican

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La presión del gobierno alemán sobre las grandes automotrices, tras el escándalo del dieselgate, está aflorando una catarata de confesiones que desvelan los pactos entre los mayores fabricantes de automóviles del país.

Según un documento presentado por Der Spiegel, Audi, Porsche, Daimler, BMW y Volkswagen han acordado pautas en común sobre desarrollo de vehículos, frenos, las características de los motores de gasolina y diesel, las cajas de cambio y los tratamientos de los gases de escape. Este documento fue presentado por Volkswagen y Daimler a las autoridades de defensa de la competencia alemana en el que se autodenunciaban para limitar el pago de posibles multas.

El semanario germano precisa que unos 200 empleados de estas automotrices se reunieron en 60 comités industriales, y además de aquellos puntos, también acordaron la elección de los proveedores para la fabricación de vehículos y el precio de las piezas. Además desde el 2006 las compañías también se reunieron en relación con el coste del sistema de tratamiento de los gases de los motores diésel AdBlue.

Audi, Porsche, Daimler, BMW y Volkswagen pactaron en secreto el desarrollo de vehículos y sus precios

En el documento se precisa que las automotrices también abordaron el tema del tamaño de los depósitos del líquido destinado al tratamiento de los gases y acordaron la utilización de uno de un tamaño más pequeño, en lugar de opciones de mayor volumen que también estaban barajando.

Müller no opina sobre las informaciones del cártel

El presidente de Volkswagen, Matthias Müller, pidió perdón este sábado a los clientes del grupo por el escándalo de las emisiones en los vehículos diésel, pero ha rechazado comentar las informaciones de Der Spiegel.

El Gobierno alemán ha convocado a los fabricantes automovilísticos a un «cumbre del diésel» el 2 de agosto y el presidente de VW confía en que se dé garantías a los clientes de que podrán seguir conduciendo sus coches diésel, ante del debate abierto sobre la posible prohibición de los vehículos más contaminantes. «La incertidumbre es grande. Lo notamos ya en los pedidos de modelos diésel, que han disminuido significativamente», señaló Müller.

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