Fotoprix y Service Point, dos historias que tienden a converger

El grupo de reprografía, que pasó por un concurso parecido al de Fotoprix en 2014, se perfila como uno de los favoritos para salvar a la cadena de revelado

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A principios de febrero, Fotoprix presentó concurso de acreedores ante la imposibilidad de seguir en funcionamiento. Pese a haber llegado a un acuerdo con la banca en 2016, el embargo por parte de Hacienda obligó a la que fuera cadena de revelado líder en España a ir a la liquidación.  

Ahora la única opción que puede salvar a la marca, así como a sus 200 trabajadores, es la venta total o parcial. La administración concursal ha iniciado el proceso y espera las ofertas. Todavía no se han abierto los sobres, pero todo el mundo mira a Service Point. El sector da por hecho que optará a comprar la unidad productiva de Fotoprix y le ve como el mejor situado. La compañía no lo desmiente, aunque evita hacer comentarios.  

Si se consuma esta operación, Fotoprix terminará en manos de una empresa que vivió una situación muy parecida hace casi tres años: presentó concurso de acreedores, la banca aceptó una quita importante para salvarla aunque finalmente fue vendida. Los bancos entraron en su accionariado, por lo que ahora alguno puede comprar su propia deuda. La cuadratura del círculo.  

Service Point era una multinacional de servicios de impresión y gestión cuando, a principios de 2014, presentó concurso en España y Alemania. La crisis dejó un agujero de 100 millones de deuda en la compañía que la banca no quiso refinanciar, por lo que acabó presentando el concurso.  

A diferencia de Fotoprix, Service Point no contó con un verdugo. Tampoco con el empecinamiento de su propietario de continuar contra viento y marea e ignorar el interés de terceros por salvarla. La compañía de reprografía se dejó salvar y el británico Paragon Group la compró a finales de 2014 por 37,5 millones.  

Los bancos, capitaneados por Lloyd’s y GE Finance, pero entre los que también se encontraba el Sabadell, aceptaron una quita del 60% de la deuda. Es decir, algo más que en Fotoprix, donde la banca, también con la entidad catalana por medio, perdonó la mitad de lo que le debían, aunque era bastante inferior: 12 millones de euros.  

Para sacarla del concurso, los bancos aceptaron entrar en el accionariado de Service Point, llegando a superar el 30%, porcentaje que posteriormente rebajaron. Uno de estos bancos fue el Sabadell. El mismo que, entre otros, espera un comprador de Fotoprix que le garantice cobrar al menos una parte de la deuda de la empresa.  

Tras salir del concurso, Paragon logró sacar Service Point de pérdidas y, en diciembre pasado, la sociedad volvió a cotizar en la bolsa española. No obstante, en su retorno al parqué, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) advirtió a los inversores sobre «la situación patrimonial de la sociedad, la continuidad de su negocio, el cumplimiento del plan de viabilidad, la liquidez del grupo, y los riesgos e incertidumbres asociados a su situación patrimonial y de liquidez».  

El grupo Paragon ha crecido notablemente en los últimos años mediante compras como las de Service Point y ha pasado de facturar 176 millones de euros en 2014 a 400 millones en 2016. La de Fotoprix no sería una más. Pese a ser una empresa pequeña dentro de su perímetro, sería su entrada en las tiendas y servicios de revelado, aunque está por ver en qué estaría interesado de la empresa española de fotografía.  

La red de tiendas de Fotoprix es atractiva, según las fuentes consultadas, ya que se han cerrado todas las que no eran rentables y las que quedan están bien situadas. Sobre la maquinaria y la web existen más dudas. En cualquier caso, una buena garantía de éxito para cualquier ofertante es salvar el máximo de puestos de trabajo.

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