Ferrol, A Coruña y Vigo se echan a la calle por su futuro económico

En dos días, miles de personas se movilizan en Galicia agitadas por la crisis del naval, los recortes de Citroen y el miedo al cierre de la factoría de Alcoa

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Una cadena humana de cerca de 2.000 personas, según el sindicato CIG, unió la ría de la antigua Astano, en Fene, con la ensenada ferrolana de Caranza. Los ciudadanos pedían un «plan de reindustrialización integral» para Ferrolterra, comarca castigada como pocas por la crisis del naval, a la que ahora se suman los posibles despidos de la siderúrgica Megasa, con sede en Narón. Los ferrolanos piden compromiso a los poderes públicos, pues la empresa pública por excelencia, Navantia, ha vivido tiempos infaustos, sin contratos y la espera del flotel de Pemex, que finalmente ha llegado. Pero todos saben que no será la solución definitiva.

La cadena humana que ocupó el Puente de As Pías, fue la última de tres grandes manifestaciones entre el viernes y el sábado. Todas ellas con un denominador común: reclamar un futuro económico mejor y frenar la pérdida de derechos laborales o, incluso, de puestos de trabajo. Así, el viernes, 4.500 personas, según datos policiales, se manifestaron en A Coruña para expresar su rechazo al despido 400 trabajadores por el cierre de la planta de Alcoa . Y el sábado, otras 800 personas, según datos de CC.OO, marcharon por Vigo en contra de los recortes aplicados por PSA Citroen.

Reindustrialización

En Ferrol, llueve sobre mojado. No pasa un mes sin que los trabajadores se manifiesten. En la cadena humana de este sábado han sonado consignas familiares, entre ellas, una nueva petición de recuperar la infraestructura del dique flotante, ya descartada por el Gobierno ante los recelos mostrados por Bruselas.

El secretario comarcal de la CIG en Ferrol, Manel Grandal, ha alertado de la «situación absolutamente crítica y de desesperación» que vive Ferrolterra, donde la tasa de inactividad «supera ya a la tasa de ocupación». «Si no se ponen ya medidas urgentes para solucionar este problema, esta comarca morirá de inanición», zanjó. Porque la protesta trascendía ya la delicada situación del naval, piedra angular de la actividad económica de la comarca. Se exigía un compromiso con la industrialización y el empleo que necesita el territorio, que soporta una tasa de paro superior al 30%.

Vigo, ninguneado

El acto simbólico, integral, de Ferrolterra convivió en el tiempo, o casi, con una reivindicación mucho más concreta en Vigo. Unos 800 manifestantes exigieron a la factoría viguesa de PSA Peugeot Citroën un «mayor compromiso» con sus trabajadores y con la industria auxiliar gallega. La compañía francesa viene de negociar un plan de recortes para la plantilla que sacará adelante con el apoyo del sindicato mayoritario, el Sindicato Independiente de Trabajadores (SIT).

La movilización convocada por CC.OO. quería servir de contrapunto a ese acuerdo. La central considera que está ninguneando a la factoría viguesa, que paga el precio de que el centro de decisiones de la compañía esté en suelo francés y que la compañía utilice «como banco de pruebas» a su centro gallego. El secretario comarcal de Industria de la central sindical, Ramón Sarmiento, ha calificado de ilegítimo el plan de competitividad de la empresa, que lleva aparejado los recortes a los sueldos. Entiende que no hay «compromisos de futuro» y solo «ajustes salariales» en la hoja de ruta del fabricante.

Tres manifestaciones en dos días

De esta manera, Vigo y Ferrol se sumaron a A Coruña en dos días de fuerte movilización sindical y ciudadana. Antecedió a las protestas del sábado una multitudinaria manifestación en la ciudad herculina en la que a los trabajadores de Alcoa se sumaron otros trabajadores, como los de Navantia o los de la planta de Alcoa en Avilés.

La multinacional estadounidense pretende echar el cierre a las instalaciones si no consigue mayores bonificaciones eléctricas. Está pendiente de que se celebre una nueva subasta que pueda aliviar su tarifa energética con incentivos. El ministro de Industria, José Manuel Soria, anunció que se realizará, pero la tensión se masca en el ambiente, también en Madrid. Por un lado, el empresario Villar Mir, propietario de Ferroatlántica, advirtió que llevará a los juzgados cualquier trato de favor con Alcoa. Por otro, informa Expansión, Competencia es contraria a que se celebre una nueva subasta.

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