Ferroatlántica ofrece millones a cambio de vender Cee y segregar Sabón

La plantilla vota el lunes el plan de inversiones de Ferroatlántica para Sabón, que garantiza tres años el empleo y promete más gasto en formación y RSC

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Ferroatlántica alcanzó el pasado viernes un preacuerdo con los sindicatos para aprobar un plan industrial para la planta de Sabón (Arteixo). UGT, con la mayoría del comité, respaldó el proyecto de la empresa controlada por Grupo Villar Mir, mientras que los delegados de la CIG votaron en contra, alegando su disconformidad con los dos condicionantes que marca la compañía: por un lado, vender las centrales hidroeléctricas y la planta de Cee-Dumbría al fondo TPG, una operación que está pendiente de obtener las autorizaciones pertinentes. Por otro y como consecuencia de la venta, la segregación de las factorías de Arteixo y de Boo (Cantabria), que quedan al margen del traspaso.

Este lunes, el preacuerdo se somete a la asamblea de trabajadores en una situación similar a la vivida en 2017, cuando Ferroatlántica prometió cuantiosas inversiones en Galicia si podía vender a Brookfield las centrales hidroeléctricas. La Xunta rechazó que los saltos desplegados a través del río Xallas se pudieran segregar de la factoría de Cee-Dumbría, lo que dejó en nada la venta y las inversiones prometidas, entre ellas una planta de silicio solar que se trasladó a Puertollano pero que todavía no ha entrado en funcionamiento.

Ferroatlántica garantiza tres años el empleo

La CIG entiende que, a pesar del compromiso que presenta Ferroatlántica para el desarrollo de Sabón, la venta de las centrales pone en duda la continuidad de la actividad por el elevado coste eléctrico en España y pide un plan de viabilidad para ambas factorías, según trasladó en un comunicado.

Aunque los detalles no han trascendido, la propuesta de Ferroatlántica promete inversiones millonarias para las instalaciones de Arteixo, el desarrollo de nuevos productos y del polvo de silicio para baterías, así como inversiones en RSC, formación y empleo. Además, la compañía garantiza el empleo durante tres años para los cerca de 125 trabajadores de las instalaciones, según han explicado fuentes conocedoras del preacuerdo. También se compromete a buscar una colaboración con una planta para garantizar el suministro de carbón vegetal, que se utiliza en la fabricación y que estaría vinculado a desarrollo de I+D.

A la espera de la subasta eléctrica

El plan industrial de Ferroatlántica llega en la antesala de una nueva subasta de interrumpibilidad, las primas que se otorgan a la industria a cambio de desconectarse de la red eléctrica en picos de demanda para garantizar la estabilidad del suministro. Estas ayudas son fundamentales para paliar el coste eléctrico de la compañía y para que los hornos continúen funcionando. Hasta tal punto que el resultado del último reparto, con una reducción del 40% en la remuneración a la industria, provocó que Ferroatlántica presentase un ERTE que, hasta el momento, no se está aplicando.

La compañía firmó el traspaso de las centrales hidroeléctricas y de la planta de Cee-Dumbría con el objetivo de enjugar deuda y rebajarla hasta los 235 millones de dólares. Aunque el objetivo a corto plazo es que el pasivo caiga incluso por debajo de los 200 millones a través de las desinversiones, Ferroglobe explicó que exploraría también la posibilidad de refinanciar su deuda con la banca para suavizar la estructura de los vencimientos y mejorar su liquidez.  

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