Ferroatlántica echa el resto: promete invertir 100 millones en Galicia si le dejan vender las centrales

La empresa seduce a los trabajadores con nuevos equipamientos y la creación de 200 puestos de trabajo

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Este martes, Pedro Larrea, consejero delegado de Ferroglobe, ha estado de visita en Cee y Dumbría, donde ha mantenido un encuentro con los representantes de los trabajadores de las plantas de ferroaleaciones del grupo. Una cita con la que cierra su periplo por los distintos centros de producción del grupo en la Península Ibérica, en el que el directivo ha tratado de recabar el mayor número de apoyos a su plan industrial.

Este plan industrial, que pasa ineludiblemente por la venta de los activos hidroeléctricos del grupo –por los que espera obtener 153,4 millones de euros–, contempla una inversión global de 200 millones de euros, de los cuales la mitad serían para Galicia. Y es que en esta comunidad es donde la empresa se encuentra uno de sus principales escollos. A pesar de contar con un acuerdo para la venta de las centrales, existen una serie de impedimentos legales para la segregación de la actividad de generación eléctrica del negocio de las ferroaleaciones que han motivado la movilización de los principales afectados: los trabajadores de Cee y Dumbría.

Este puede ser el motivo por el que Larrea haya preferido dejar el encuentro con ellos para el final. Una cumbre que ya nacía viciada pero que, como reconocen las partes, ha discurrido en un clima muy cordial y en la que el consejero delegado de Ferroglobe ha vuelto a incidir en lo «tremendamente ambicioso» que es el plan que propone la empresa a los trabajadores.

Promesas y cifras

Las cifras que maneja la empresa hablan de un incremento de plantilla del 40%, tanto en Galicia como en el conjunto de los centros de producción. En la comunidad, los 100 millones de inversión se repartirían «casi a partes iguales» entre Sabón y las plantas de la Costa da Morte y supondrían la creación de 200 empleos directos y unos 300 indirectos.

La oferta concreta que les ha trasladado a los trabajadores de Cee cumple con todas sus peticiones salvo, claro está, la de impedir la segregación. A cambio de ceder, les prometen un nuevo horno de ferrosilicio para Dumbría que, como reconoce Larrea, «estuvo muchas veces encima de la mesa». También proponen implantar el proceso de sinterización del mineral de manganeso, con lo que cerrarían todo el ciclo productivo y levantar en la zona la nueva planta de carbón vegetal, que suministrará a la de silicio solar de Sabón, otra de las grandes inversiones que contempla el plan.

Además, en lo que a empleo se refiere, la empresa garantiza que en siete años «no habrá ningún despido». Y no solo eso, sino que promoverá un plan de prejubilaciones al que se podrán acoger 46 empleados hasta 2025, cuyos puestos serán cubiertos por jóvenes de la zona. El personal de las centrales, que en caso de venta pasará a depender de la nueva empresa, también disfrutarán de la garantía del mantenimiento de sus puestos de trabajo, condiciones que, como explica la empresa, irán todas por escrito.

Suma de apoyos

De hecho, en Cantabria los trabajadores ya han rubricado los puntos del acuerdo. En Aragón también hubo sintonía y en Sabón, donde Ferroatlántica prevé invertir 42 millones de euros en la planta de silicio solar, que «colocará a Galicia a la vanguardia de la innovación en este campo», votarán este miércoles para decidir su postura.

Los trabajadores de Cee y Dumbría, que tienen previsto presentar en los próximos días un preaviso de huelga, podrían quedarse solos en su lucha por evitar la segregación. En este sentido, desde la empresa recuerdan que, gracias a que las centrales no suministran directamente a las plantas de ferroaleaciones, los centros de la Costa da Morte han podido obtener el módulo de 90 megavatios en la última subasta de interrumpibilidad, que «es lo que realmente les hace competitivos». Es más, puntualizan que, en el supuesto de que se autoabasteciesen de la energía que generan los saltos del Xallas, su consumo se vería penalizado, lo que conllevaría un grave deterioro de dos de los centros más productivos de Ferroglobe. En cualquier caso, Larrea insiste en que «ningún escenario prevé el cierre de fábricas en Cee y Dumbría».

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