Fernández de Sousa llega al consejo de Pescanova con menos capital del declarado

Tras sucesivas ventas de paquetes en los últimos meses, la participación del presidente de la multinacional se situaría por debajo del 14,4%

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Manuel Fernández de Sousa-Faro afronta hoy el consejo clave para despejar el futuro de Pescanova en una situación de inédita vulnerabilidad, trance en el que nunca se había visto el presidente de la multinacional. A los requerimientos de la CNMV para aprobar in extremis sus cuentas, con una investigación abierta por parte de la autoridad bursátil, con accionistas de peso que exigen su revocación, auditores cuestionados y la banca acreedora a la espera de conocer con exactitud una deuda que podría doblar la declarada, Fernández de Sousa suma otra piedra en el camino, que podría ser clave a la hora de garantizar su continuidad al frente de la compañía: su peso como primer accionista está en el aire.

Desde la última ampliación de capital de Pescanova, llevada a cabo en junio del año pasado, Fernández de Sousa ha procedido a realizar varias ventas de paquetes accionariales para obtener liquidez y afrontar los compromisos financieros derivados de los derechos de suscripción preferente asumidos por una de las firmas con las que hasta ahora ejerce el control indirecto de la multinacional, la Sociedad Anónima de Desarrollo y Control. Tras la ampliación de capital, esas ventas, en septiembre del año pasado, fueron comunicadas a la CNMV cuando las aguas de la compañía no corrían tan revueltas, y se han visto incrementadas por mandatos de venta puntuales, según fuentes del entorno del accionariado de la propia compañía, que se posicionan al margen de los accionistas rebeldes, Demetrio Carceller (Damm) y el fondo Luxempart.

Reequilibrio de fuerzas

Esas ventas puntuales, realizadas a través de brokers de confianza, situarían la participación actual de Fernández de Sousa por debajo del 14,4% del capital que figura en los registros la CNMV, cuya última anotación por parte del presidente de la compañía data de septiembre del año pasado. De hecho, aunque existe la obligatoriedad de declarar participaciones superiores al 3%, hasta sumar o restar un porcentaje similar un accionista significativo no tiene por qué declararlo ante la autoridad bursátil, según explican desde la propia CNMV, consultada al respecto. Esto explicaría que, oficialmente, con fecha de septiembre de 2012, Fernández de Sousa declare un 14,4%, que se habría visto rebajado en los últimos meses.

Con la posición accionarial de Fernández de Sousa en entredicho, el equilibrio de fuerzas en el consejo de hoy está totalmente abierto, ya que los accionistas díscolos y críticos con la gestión del presidente (Damm y Luxempart) suman hasta prácticamente un 12% de la compañía, y superan con holgura el 13% con los bonos convertibles en acciones (un 1,44%), declarados a mediados del mes pasado por el fondo luxemburgués. Nada parece impedir que esos accionistas planteen hoy de nuevo la revocación de Manuel Fernández de Sousa, ya que lo hicieron en los dos últimos consejos de administración (en el previo a la presentación del preconcurso, y en el último) y también como colofón al extenso burofax enviado al presidente de Pescanova hace dos semanas, cuando más alarmada se encontraba la banca acreedora.

Ventas sucesivas

Manuel Fernández de Sousa declaraba en junio de 2012 una participación del 22,2% en el capital de Pescanova, sobre un total de derechos de voto de 19,4 millones de acciones. Tras la ampliación de capital, con 28,7 millones de títulos, el presidente de la compañía comunicaba ante la CNMV un paquete (directo e indirecto) del 15,3%, que se vería reducido posteriormente, en septiembre, hasta el 14,22% que declara actualmente. El resto de las ventas no habrían sido registradas.

El importe efectivo del aumento de capital llevado a cabo el año pasado por Pescanova ascendía a 124,96 millones de euros, de los que 105 millones fueron objeto de compromisos de suscripción. Pescanova recibió en ese momento compromisos irrevocables de suscripción por parte de Manuel Fernández de Sousa (a través de Sociedad Anónima de Desarrollo y Control), Alfonso Paz-Andrade (a través de Nova Ardara Equities), Luxempart y Damm, que eran titulares (directos e indirectos), en total, de un 37,3% del capital.

El importe efectivo ascendió a 25 millones de euros, representativos de aproximadamente un 20% del total de las acciones objeto del aumento de capital, según las propias cuentas de la compañía. Pero todo eso queda muy lejos ante un consejo de administración en el que se volverá pedir la revocación de Fernández de Sousa por parte de aquellos (Damm y Luxempart) que acudieron con él a esa última ampliación del año pasado.

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