Fallece Epifanio Campo, histórico socio de Jove, Añón y Banco Gallego

Creó uno de los grupos de cerámica más importantes de Galicia, aunque el negocio familiar derivó en los últimos años hacia el sector energético; sus hijos se colocaron en la primera línea de las empresas mientras Campo peleaba con una grave enfermedad

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Fallece uno de los grandes empresarios de Galicia. Epifanio Campo ha muerto en su casa de Vilalonga tras una larga batalla con el cáncer. El funeral será mañana, a las 18.30 horas, en la iglesia de la localidad.

Histórico socio del desaparecido Banco Gallego y eslabón destacado de una saga empresarial gallega, el grupo familiar hunde sus raíces en la cerámica, terreno en el que Campo creó un gran grupo del que forman parte empresas como Nueva Cerámica Campo, Cerámica Campo Sáez, Campo Brick o Refractarios Campo.

Sucesión familiar

El negocio familiar había derivado en los últimos años hacia el sector energético, donde Rodonita, el brazo inversor de referencia, acumulaba más de 215 millones en activos, con fuerte presencia en desarrollos eólicos. De la división energética cuelgan sociedades como Eólicos do Morrazo, Eólicos da Mariña o Sociedad Eólica de Ourol, que propician unos ingresos de 11 millones anuales.

Durante su enfermedad, Campo reestructuró su grupo planeando una sucesión tranquila. Desde 2012 sus hijos van ganando puestos en el conglomerado familiar. Blanca Campo Sáez forma parte del consejo de Rodonita, mientras que Jacobo Campo, el más activo en la dinámica diaria de las sociedades, figura como apoderado.

Empresario histórico

Nacido en Ponferrada, pasó su infancia en A Laracha (A Coruña), donde levantó un grupo siderúrgico con Manuel Añón que acabó en su mayoría bajo el paraguas de Celsa Atlantic.

Entró en el negocio eólico de la mano de Manuel Jove y Elecnor, siguiendo una larga tradición de colaboraciones con grandes empresarios que han hecho de la discrección una marca de su forma de actuar.

Con Macovit, grupo que gestiona la concesionaria de las ITV en Galicia a través de Supervisión y Control, gestionó negocios vinculados a los combustibles, la construcción y el sector inmobiliario.

Pero quizá su relevancia mediática estuvo más ligada a su papel como accionista de referencia en Banco Gallego. Campo era uno de los históricos socios de la entidad que fueron laminados por la nacionalización del banco y su posterior venta al Sabadell. Controlaba un 11,5%, procedente de una operación articulada en los años 90 a través de Banco 21, cuando el proceso de reestructuración financiera se llevó por delante su participación y dejó sus intereses en el Gallego pendientes del juzgado.

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