España despliega la inteligencia artificial que ahorrará dinero público

El gobierno español explota big data e inteligencia artificial para mejorar el desempeño de la administración. ¿Corren riesgo los funcionarios?

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Comenzó como un ensayo en el hospital Carlos III de Madrid para optimizar los gastos médicos de las investigaciones. Un sistema de inteligencia artificial alertaba de los dispendios innecesarios en la compra de equipos. Ahora, España replica el sistema para ahorrar al comprar equipos y medicamentos en los hospitales.

Una receta alternativa a los recortes indiscriminados ejecutados por gran parte de los gobiernos regionales durante los años de mayor alcance de la crisis. El gobierno central también extiende el mecanismo a otros sectores como la justicia, los ministerios y el resto de administraciones públicas.

Este martes se presentó al «grupo de sabios» que tendrá como tarea implantar un marco teórico para desarrollar la inteligencia artificial en el sector público y en el privado. Nueve expertos de empresas y universidades fueron convocados para elaborar un código ético que permita a la administración desarrollar políticas de big data e inteligencia artificial sin lesionar los derechos de los usuarios.

“Estamos trabajando en proyectos del sector farmacéutico, intentamos desarrollar programas para detectar dónde se solapan las instituciones. También hay un camino abierto en el ámbito de la justicia para ir identificando espacios, y ahorros presupuestarios”, explica el secretario de Estado para la sociedad de la información y agenda digital, José María Lassalle.

Robots y paro

La administración pública tiene en la inteligencia artificial y en el big data enormes posibilidades para ahorrar en costes duplicados y en dispendio presupuestario. ¿Pero los robots capaces de analizar cantidad ingentes de datos con rapidez y precisión podrían poner en peligro los puestos de funcionarios?

Andrés Pedreño, ex rector de la Universidad de Alicante y catedrático en economía aplicada, explica que el proceso de incorporación de inteligencia artificial traerá, en el corto plazo, una destrucción de empleo, pero a su vez generará una enorme creación de puestos de trabajo en estas áreas. “Podríamos tener un 7% de desempleo en 2030”, vaticina el catedrático de economía que no duda de que, más que agravar el problema del paro, los robots podrían resolverlo.  

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