Escotet entierra Tasagalicia, el arma de José Luis Méndez para inflar la burbuja de Caixa Galicia

Abanca decide liquidar la sociedad de tasación que utilizó la caja para establecer sobrevaloraciones de activos, y que fue sancionada por el Banco de España

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Abanca ha decidido pasar página a uno de los capítulos más oscuros del pasado reciente de la entidad, cuando las dos cajas gallegas todavía operaban de forma independiente, y encaraban la fusión con la única preocupación de alimentar sus balances a toda costa. Uno de los instrumentos empleados, para revalorizar activos inmobiliarios y así conceder más créditos, instrumentar refinanciaciones de empresas o encubrir quiebras de constructoras, era Tasaciones y Valoraciones de Galicia, más conocida por Tasagalicia, heredada de Caixa Galicia. Tras un largo paréntesis de inactividad desde la llegada de Escotet a lo que entonces era Novagalicia, Abanca ha optado ahora por disolver y extinguir la tasadora.

El fin de Tasagalicia se produce tras un lento y calculado languidecer. La sociedad de tasación, presidida durante años por uno de los fieles de José Luis Méndez, el inspector del Banco de España en excedencia Francisco Zamorano, estaba participada en tu totalidad por Caixa Galicia, y realizaba los informes de tasación para los créditos que daba la propia caja.

La liquidación

El equipo de Escotet encomendó al ejecutivo Miguel Delmas Costa las labores de liquidación de la sociedad, que desde la semana pasada es efectiva en el Registro Mercantil. Hasta ese momento, la titularidad de Tasagalicia la detentaban dos filiales de Abanca, la Corporación Empresarial y Financiera de Galicia y Torre de Hércules Participaciones Societarias. La disolución conlleva la extinción de la firma.

Esta operación se produce apenas unas semanas después de que se hiciera efectiva una notificación por «infracción muy grave» al que en su momento fue director de Riesgos de Caixa Galicia y de Novagalicia, responsable de la Unidad de Activos Singulares del banco y presidente durante años de Tasagalicia. Francisco Zamorano, por su labor al frente de la tasadora, fue sancionado por el Banco de España después de que una sentencia de la Audiencia Nacional, fechada en 2014, que revelaba prácticas irregulares en la entidad.

Falta de veracidad

La Audiencia Nacional acreditó la «falta de veracidad» en los informes de Tasagalicia. La decisión del tribunal se basaba en el expediente incoado a la filial tasadora de Caixa Galicia por el Ministerio de Economía y aludía a múltiples «deficiencias» en la aplicación de los métodos legales para fijar los precios de los activos. La firma llegó a realizar tasaciones «en las que se valoran terrenos en atención a unos aprovechamientos urbanísticos inexistentes al tiempo de la valoración», es decir, parcelas no urbanizabas que se valoraban como si lo fueran.

También se recogían «tasaciones en las que se informa como valor de tasación de inmueble en proyecto y/o construcción el calculado bajo hipótesis de edificio terminado». Hasta 20 edificios estaban recogidos así, por importe de 1.651 millones de euros, pese a que el real era 738 millones. Tasagalicia y Francisco Zamorano, hoy lejos de Abanca, fueron sancionados por todo ello por infracciones «muy graves», aunque las multas impuestas no se correspondieron finalmente con las irregularidades de los hechos probados.

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