Entaban entra en concurso de acreedores

Cuando se inauguró la planta, en 2008, se esperaba una producción de 20.000 toneladas de combustible al año. Ahora, es una muestra de la asfixia del biodiesel gallego

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Las medidas para la protección del biodiésel nacional frente al argentino puesto en marcha hace unos días por el Gobierno español pueden haber llegado tarde ya que muchas de las empresas de este sector se encuentran en una situación desesperada. Este lunes, el Borme recogía el anuncio de que Entaban Biocombustibles de Galicia, situada en el Puerto de Ferrol, entraba en concurso de acreedores. La suya, no es una situación excepcional.

Fue en 2008 cuando la empresa zaragozana Entaban inauguró una nueva planta situada en el puerto exterior de Ferrol. La firma invirtió 48 millones de euros y esperaba generar una producción de 200.000 toneladas de este combustible alternativo al petróleo. En aquel momento, la Xunta de Emilio Pérez Touriño destacó que el proyecto de Entaban, junto con el de Infinita Renovables y Biocarburantes Peninsulares, pondría a la deprimida zona de Ferrolterra a la cabeza de la producción de biodiésel en España. La realidad no fue así. A la crisis se unieron las importaciones masivas de Estados Unidos y, sobre todo, de Argentina.

«Se castigó a unas empresas para beneficiar a Repsol»

Como ya le sucedió al sector lácteo, que sufrió la entrada de productos extranjeros con precios más bajos gracias a las subvenciones, el sector del biodiésel en Galicia nació con el mal fario pegado. El diputado del BNG Fernando Blanco Parga, sostiene que la recuperación del sector es muy difícil después de años de permisividad estatal con Argentina.

“La orden ministerial que aprobó recientemente el Gobierno para proteger al biodiésel español no es nueva. De hecho, ya estaba programada de hace años, aún con el PSOE. Sin embargo nunca se puso en marcha por miedo a que pudiera afectar a Repsol”, comenta el diputado nacionalista, natural de la zona de Ferrolterra.

“La norma es positiva pero es posible que llegue tarde para algunas empresas. Muchas tuvieron subvenciones públicas importantes con lo que, a pesar de que ahora hay esperanza en el sector, puede que no sean capaces de afrontar las deudas”, opina Blanco Parga.

Infinita Renovables y Biocarburantes Peninsulares

Cuando abrió, la planta de Entaban contaba con unas 40 personas. Hoy en día los sindicatos aseguran que el número de trabajadores se cuentan con los dedos de una mano. La empresa rechazó hacer ninguna valoración del procedimiento concursal ni quiso informar a Economía Digital del número de empleados en nómina.

“No sabemos si el proceso concursal es para liquidar la empresa o para tratar de reflotarla en vista de la orden ministerial. La norma es positiva, pero sabemos que llegará tarde para muchos”, indican sindicalistas de la CIG en la zona de Ferrol. “Estuvo años en un cajón y nadie la puso en marcha por los intereses de una empresa privada, es vergonzoso”, añaden.

Los sindicatos sostienen que la reactivación del sector del biodiésel en España podrá ser aprovechada por la planta ferrolana de Infinita Renovables, actualmente con un expediente de regulación de empleo en marcha. No creen que pase lo mismo en Biocarburantes Peninsulares, de Narón, donde nunca se llegó a producir. Sus trabajadores llevan más de siete meses sin cobrar.

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