Endesa ya prepara el desmantelamiento de As Pontes

La compañía cifra en 1.300 millones el coste de cerrar sus últimas centrales térmicas y propondrá proyectos vinculados a las renovables como alternativa

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La vida de la central térmica de As Pontes entra en su recta final mucho antes de lo que Endesa y la Xunta preveían. La compañía comunicó este viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que decidió “promover la discontinuidad de la producción de sus centrales térmicas de carbón en la Península”, lo que afectará a las instalaciones gallegas y a las de Litoral, en Almería.  En la práctica supone el principio del fin para un centro de producción clave en la economía de la provincia de A Coruña, cuyo desmantelamiento queda pendiente de que Endesa tramite las autorizaciones correspondientes.

El grupo que controla la italiana Enel estima un deterioro máximo de 1.300 millones, incluidos los gastos provisionados de desmantelamiento, por el cierre de las dos centrales, desde hace cinco meses prácticamente paralizadas al no poder competir con energías más baratas. Una vez ejecutados los cierres, Endesa se despedirá del carbón. Y Galicia hará lo mismo, pues Naturgy ya anunció el cierre de la central de Meirama en 2020 para desesperación de la Xunta.

Cierra tras invertir 200 millones en As Pontes

La decisión de Endesa se produce después de que comprometiera una inversión de 200 millones en As Pontes para cumplir la normativa de emisiones y tratar de alargar la vida de las instalaciones. La mayoría de esa inversión ya está ejecutada. Sin embargo, son circunstancias de mercado la que han expulsado a la térmica del mix de generación.

El elevadísimo incremento de los costes por CO2 sumado al abaratamiento del gas natural que favorece a otras instalaciones dejaron fuera de combate a la central de As Pontes, que además tiene la desventaja frente al gas de tener que abonar el llamado céntimo verde. “Esta situación estructural ha determinado que las centrales térmicas peninsulares de carbón no resulten competitivas, y por tanto su funcionamiento no resulte previsible en el mercado de generación eléctrico en el futuro”, dice la compañía.

Feijóo presiona para mantener la central y culpar al Gobierno

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aseguró que de la actividad de la central dependen 700 familias y la mitad del tráfico del puerto de Ferrol. La térmica inyecta unos 75 millones al año en su entorno directo a través de la compra de mercancías, la contratación de servicios y el pago de impuestos.

La actividad de la central continuará si Red Eléctrica, como operador lo sistema, lo requiere, pero la compañía no considera probable que eso suceda a medio plazo. Endesa no pidió todavía la autorización al Ministerio para el desmantelamiento, un proceso que se dilatará durante años.

La alternativa en As Pontes pasa por las energías renovables

La compañía tiene el compromiso de ofrecer planes industriales alternativos en los territorios donde cierra centrales. Actualmente está hilvanándolos para la planta de Compostilla (León) y de Andorra (Teruel). En Galicia y Andalucía planteará proyectos vinculados a las energías renovables. De hecho, la eléctrica indica en su comunicación a la CNMV que “Endesa tiene previsto aumentar de manera significativa en su próximo plan estratégico, que será aprobado antes de fin de año, las inversiones destinadas a la construcción de nueva capacidad de generación renovable”. También estudia si puede aprovechar parte de las instalaciones actuales para darles un uso vinculado a la economía circular, según las fuentes consultadas.

La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha convocado a los trabajadores y a la propia Endesa a una reunión la próxima semana con el objetivo de conocer “de primera mano” la situación.

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