El último asalto entre Reganosa y Enagás

Ahora competidores en la red de transporte, aunque a distancia en cuanto a tamaño y funciones, Reganosa y Enagás reeditan viejas rivalidades

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Con su conversión en gestor del sistema gasístico, Reganosa tratará de tú a tú a Enagás. La compañía gallega, a instancias de Bruselas y de la propia Comisión Nacional de la Energía, ha dado los dos pasos esenciales requeridos para convertirse en el segundo operador en el transporte de gas en el Estado, como son las modificaciones estatutarias y los derechos de los socios. Está a la espera de la aprobación del expediente administrativo pero a buen seguro cautelosa ante el resultado que pueda deparar la tramitación que ha iniciado. Y es que Enagás es un gigante con el que se ha enfrentado en más de una ocasión.

En esta cruzada, cabe distinguir varios actores. Los transportistas de gas, que son los titulares de instalaciones de regasificación de gas natural licuado, de licuefacción, de almacenamiento de gas natural, o de gasoductos de transporte de presión superior a 16 bares. Entre ellos se encuentra Reganosa, y también otras empresas como Bahía de Bizkaia Gas, Enagás, Endesa Gas Transportista, Naturgas, Gas Extramadura Transporte o la Planta de Regasificación de Sagunto SA. Eso es, por decirlo de algún modo, caza menor. Porque quien mueve los hilos es el gestor técnico del sistema gasista, que es el transportista titular de la mayoría de las instalaciones de la red básica de gas natural y tiene la responsabilidad de la gestión técnica de la red básica y de las redes de transporte secundario. Su objetivo es garantizar la continuidad y seguridad del suministro, así como la correcta coordinación entre los puntos de acceso. Un real decreto del año 2000 convierte a Enagás en gestor técnico único del sistema.

Gestor de su red

Sobre este escenario, Reganosa aspira a convertirse en gestor de la red de transporte, aludiendo a que sus funciones “se encuentran en todo caso muy limitadas por las propias funciones atribuidas al gestor técnico por la propia Ley de Hidrocarburos”. Así, Reganosa tiene entre sus activos varios gasoductos, al margen de la regasificadora, que comprenden un total de 130,5 kilómetros, de los cuales pertenecen a la red troncal del sistema gasista española unos 85,5 kilómetros. Y esa es la baza que juega para medirse con Enagás.

Hay que tener en cuenta que las distancias, en este caso dimensiones, que separan a ambos proyectos son mayúsculas. Enagás es titular de las plantas de regasificación de Barcelona, Huelva, Cartagena y el Musel, de más de 10.076 kilómetros de gasoductos de alta presión, de hasta 80 bares, de las conexiones internacionales de Badajoz y Tui (con Portugal), Larrau e Irún (Francia), Tarifa (Gasoducto del Magreb) y Almería (gasoducto Medgaz) y de los almacenamientos subterráneos de Gaviota, Serrablo y Yela. Por tanto, casi un abismo, aunque Reganosa aspira a ocupar su espacio como gestor de la red, de su propia red.

Grandes distancias

Más diferencias. Para hacernos una idea del salto que daría Reganosa basta con comprobar cómo la retribución de actividades reguladas para 2012 establecía que la retribución de la empresa gallega por la actividad de regasificación estaba en el entorno de los 47 millones de euros, mientras que la retribución por la actividad de transporte está un poco por encima de los ocho millones. La retribución del conjunto de las actividades reguladas del sector gasista español se aproxima a los 3.400 millones (año 2012 como referencia). La retribución conjunta de Reganosa, por tanto, no llega al 2% del total nacional.

Enagás, en su día en manos del Estado hasta su privatización en 1994, llegó a promover una planta de similares características a la de Reganosa en las inmediaciones del nuevo puerto exterior de Ferrol, el lugar, por lógico, destinado a albergar una regasificadora como la de Mugardos. Finalmente, se instaló en El Musel, en las inmediaciones del puerto de Gijón, con lo que pretendía dar cobertura al mercado gallego a través de una red de gasoductos. Por tanto, la rivalidad entre ambas viene de largo.

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