El rey del jamón podrido destruye pruebas en plena investigación judicial

Las empresas implicadas en la trama mueven toneladas de mercancía de nave en nave para evitar pruebas incriminatorias

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Decenas de camiones con jamón podrido recorren las autopistas de toda España. Esconden de nave en nave embutidos en mal estado, carne caducada y productos sin trazabilidad alimentaria.

Las empresas implicadas en la mayor trama alimentaria descubierta en los últimos años en España intentan destruir todas las pruebas incriminatorias. Para ello es necesario esconder el jamón podrido.

Ls empresarios que gestionan la mercancía en mal estado intentan deshacerse de las pruebas mientras los tribunales de Fregenal de la Sierra (Badajoz) y Alzira (Valencia) avanzan en las investigaciones: intentan determinar las responsabilidades de uno de los mayores fraudes contra la seguridad alimentaria en España durante las últimas décadas,

Y los investigadores no sólo lo saben, sino que ya han constatado el intento de destrucción de pruebas.

Empresario treintañero

Las empresas de la trama del jamón podrido, entre las que se encuentra la empresa Valle de los Valfríos y Cash La Temporada, han movido toneladas de jamones durante los últimos meses, según consta en el sumario de los tribunales.

A.C.G, de poco más de 30 años, el presunto cerebro de la trama, es un joven empresario de la provincia de Badajoz, que mueve la mercancía por toda España con llamadas de teléfono. Es el rey del jamón podrido y su coche es su oficina.

Es un experto jamonero. Distingue fácilmente el jamón bueno del regular. Y así como esconde jamón con facilidad pasmosa, también esconde dinero, según confirman desde su círculo de negocios.

“Hace muchos kilómetros en su coche y hace negocios allí para que nadie lo escuche. Tiene una memoria privilegiada. Es un as para los negocios. Pudo haber sido un gran empresario de cualquier ámbito si no se hubiese dedicado al timo, a la estafa y al fraude”.

Destrucción de pruebas

La mercancía movilizada de forma secreta entre naves clandestinas ha sido detectada por la Guardia Civil. Un camión con 11.000 jamones fue retenido el verano pasado en Granada, Andalucía, con mercancía en mal estado de Comapa, el mayor distribuidor de ibéricos de España y proveedor predilecto de Carrefour.

La mercancía era movida de un lugar a otro para evitar ser descubierta. Y si en las naves industriales se destruyen jamones, en las oficinas de las empresas de la trama se destruyen papeles y se cambian facturas y albaranes. Lo han comprobado los investigadores.

La investigación por la destrucción de pruebas ya ha implicado a empresas especializadas en destrucción de alimentos y productos cárnicos, según informan fuentes judiciales a Economía Digital.

En el sumario de la investigación constan actuaciones contra empresas (gestores sanitarios de incineración de alimentos) que registraron actividades de destrucción inusuales en pleno período de investigación.

Las empresas, repartidas en varias provincias, podrían ser imputadas en breve por obstaculizar el trabajo de la justicia, además de colaboración con la trama del jamón podrido.

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