El retiro dorado de José María Arias tras la caída del Popular

El directivo, presidente de la Fundación Barrié, tiene derecho a percibir 15,6 millones en pensiones por su etapa en el Popular

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Además de una elevada exposición al ladrillo, con alrededor de 36.800 millones en riesgos, el Santander aborberá del Popular unos elevados costes por la salida de dos cúpulas directivas, la de Ángel Ron, cesada en una revuelta interna por el deterioro del banco en el mercado de valores, y la de Emilio Saracho, el ejecutivo que llegó para salvar la entidad y acabó naufragando por falta de liquidez a los pocos meses.

Si la indemnización de Ron, que había comenzado a negociar con el Popular antes del crack, está todavía en el aire, sí que tiene garantizado junto a un grupo de directivos determinadas remuneraciones. En concreto, tiene derecho a percibir 8,5 millones por las aportaciones anuales al sistema de retribución a largo plazo de la entidad, lo que comunmente conocemos como pensiones y que suelen estar ligadas a pactos de no competencia, impidiendo a los directivos incoporarse a otra entidad financiera durante un periodo determinado de tiempo.

El Popular tenía comprometidos casi 60 millones para este concepto en el informe de remuneraciones remitido a la CNMV en febrero de este año, cuando Emilio Saracho aterrizaba en la entidad. Es más del doble de lo que tenía asignada la cúpula de Novagalicia que acabaría, con excepción de Javier García de Paredes, en prisión por mejorar sus prejubilaciones antes de abandonar la quebrada entidad.

Además de los 8,5 millones de Ron, que acumulaba 32 años de servicio en el Popular, otra de las pensiones millonarias caerá en Galicia. José María Arias, presidente de la Fundación Barrié y, hasta hace nada, vicepresidente del Popular, tiene asignados 15,6 millones.

El también presidente del Pastor, marca que podría desaparecer de las fachadas, percibía 120.000 euros al año por su papel como consejero, uno de los sueldos más comunes. Solo Ron y los consejeros ejecutivos, como Pedro Larena o Francisco Gómez, superaban el millón de euros al año. Gómez tenía a cierre de febrero la pensión más alta, con 20,3 millones. Al exvicepresidente, Roberto Higuera, le correspondían 9.1 millones, mientras que la pensión de Francisco Aparicio Valls ascendía a cierre de ejercicio a 5,1 millones.

 

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