El proyecto eólico de Galicia se tambalea

El nuevo recorte en las primas a las renovables amenaza la supervivencia del sector

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Galicia ha pasado de ocupar un lugar privilegiado entre las principales potencias eólicas europeas a temer por la supervivencia del sector. La reforma eléctrica aprobada por el Consejo de Ministros el pasado viernes establece un nuevo recorte en la retribución a las energías renovables que, según afirmó la Asociación Eólica de Galicia (EGA), pone en “grave riesgo la supervivencia” de los proyectos, las empresas y el propio sector.

El enfado de los promotores se debe a que, con el cambio de normativa –que permitirá ahorrar al Gobierno central entre 250 y 500 millones para atajar el déficit tarifario, según el ministro de Indusria José Manuel Soria–, perderán la posibilidad de escoger entre una tarifa regulada fija o acudir al precio de mercado de la electricidad beneficiándose de una compensación. Esta última prima ha sido eliminada, por lo que las empresas se refugiarán como mal menor en la tarifa regulada.

Para el sector gallego, esto significa el fin de la rentabilidad. Los promotores se situarán «por debajo de los ingresos necesarios para responder de los créditos bancarios» pedidos para levantar los parques, según el secretario xeral de EGA, Íñigo Muniozguren.

¿Volverá a recurrir la Xunta?

El viento gallego ha liderado los recursos eólicos estatales desde mediados de la década de los 90. Sin embargo, en apenas un año, dos cambios de normativa impulsados por el ministerio de Industria han hecho que el proyecto gallego se tambalee.

Primero, sufrieron una rebaja temporal del 35% de las primas a los parques en marcha y, posteriormente, un nuevo impuesto del 7% a la generación eléctrica. El Gobierno también suspendió los incentivos para las nuevas instalaciones de energía renovable, lo que provocó que la Xunta presentara un recurso de inconstitucionalidad.

Endeudados

Tras el último recorte, EGA ha instado a la Xunta a que vuelva a posicionarse y «defienda los intereses de los promotores”. Según la asociación, las medidas aprobadas “van en contra de la propia Ley del Sector Eléctrico, que obliga a consultar previamente con el sector los cambios normativos».

Lo cierto es que las empresas con parques eólicos en marcha han visto alteradas notablemente las condiciones en las que realizaron sus inversiones. Su temor ahora es no poder hacer frente a los créditos bancarios ante la caída de la rentabilidad. “Muchos parques pueden acabar en manos de las entidades financieras», advirtió Muniozguren.

Problemas domésticos

Además de la problemática importada desde el Ejecutivo central, al sector también le han surgido problemas domésticos. El más importante lo rubricó en una sentencia el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que tumbó la anulación del concurso del bipartito y sumió al actual, puesto en marcha por el exconselleiro Javier Guerra, en inseguridad jurídica.

Las empresas adjudicatarias del primer concurso ya han emprendido acciones legales para reclamar del erario público el dinero perdido al quedarse sin proyecto. Pero el proceso podría derivar en una nueva anulación, en este caso, del concurso eólico actual.

Sin primas y sin seguridad, las inversiones en nuevas plantas están paralizadas, mientras los recortes en las retribuciones a las energías renovables amenazan a las instalaciones puestas en marcha. El sector del viento se zarandea en todos los frentes.

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