El propietario de Corporación Dermoestética dice adiós a la Factoría Naval de Marín

José María Suescum afronta la liquidación del astillero tras el concurso en el que está inmersa la compañía estética

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Malos tiempos para José María Suescun, el empresario dueño de Corporación Dermoestética y la Factoría Naval de Marín –que vendió su unidad productiva el pasado invierno—. La primera compañía afronta concurso de acreedores y la segunda, está ya abocada a la liquidación.

Así se recoge en el Boletín Oficial del Estado (BOE), que explica que el juzgado de lo mercantil número 1 de Pontevedra ha procedido a abrir la fase de liquidación y posterior disolución de la naviera.

Tres concursos en cuatro años

El astillero entró en concurso en julio del verano pasado por tercera vez en cuatro años, tras meses de negociaciones en los que no fue capaz de llegar a un acuerdo con la banca acreedora. Bankia, Abanca y Sabadell, como herederos estas dos últimas de Novagalicia y Banco Gallego son las principales entidades atrapadas en la deuda de la compañía naval de la ría de Pontevedra.

A falta de conocer datos actuales, Cinco Días informa de que el astillero cerró 2012 con unas deudas de crédito a largo plazo de 73,1 millones de euros, y un pasivo corriende de 12,7 millones. La compañía cerró el ejercicio con unas pérdidas de 2,5 millones, frente a los 11 del año anterior. La compañía presentó ese ejercicio un patrimonio neto negativo de 28,5 millones, por lo que se encontraba en causa de disolución.

Venta de la unidad productiva

No obstante, recientemente, el juez a cargo del concurso de la Factoría Naval de Marín aprobó la venta de la unidad productiva de la empresa al astillero Nodosa. La compra se cerró por 4,7 millones de euros.

Suescun dice definitivamente adiós a su astillero mientras que lidia con la quiebra de Corporación Dermoestética. En suspensión de pagos, dos meses antes de su exclusión del parqué, al cierre del primer trimestre de 2013, sumaba pérdidas de 2,1 millones de euros. Sus operaciones en España y Portugal, sus principales mercados, caían empicado. Un 18% en España y un 33% en el país vecino.

A finales de año tuvo que acogerse al preconcurso, con una deuda a corto plazo de más de 15 millones de euros y una facturación que apenas superaba los 20 millones de euros y una plantilla de más de 300 empleados, repartidos en 45 clínicas en España y cinco en Portugal, para los que se ha lanzado un ERE.

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