El precio de la vivienda toca fondo en los centros urbanos

Repuntan en Santiago y Ourense, después de que se haya vendido casi todo el stock de vivienda libre

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El prolongado declive del sector inmobiliario gallego, y del resto de inmobiliarias del Estado durante la crisis económica, podría estar acercándose a su final. Los escasos síntomas positivos registrados en un negocio que se ha desplomado sin tregua desde 2010 sirven a los profesionales para augurar un futuro mejor o, al menos, una contención de la caída, que llegará previsiblemente en el último trimestre del año.

Uno de estos síntomas para el optimismo es la escasa oferta de vivienda libre que queda en los centros urbanos de las siete grandes ciudades gallegas. Excepto Lugo y Ferrol, donde todavía quedan algunos inmuebles vacíos, en el resto de ciudades apenas restan viviendas por colocar y es en los barrios y en el extrarradio donde se concentran las operaciones. En Santiago y Ourense incluso se han producido pequeños repuntes en el precio, según los datos de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein).

Proceso de ajuste

El dato es fruto de un largo proceso de ajuste, que incluyó el parón en la construcción y la incorporación progresiva a los inmuebles ya levantados de un cliente con una renta alta o importantes ahorros, que cambió su vivienda habitual por otra de mayor calidad o mejor ubicada en el centro urbano; o bien, invirtió en un inmueble aprovechando la caída de precios para después alquilarlo.

La paulatina puesta en uso del stock acumulado, sin generar más vivienda nueva, parece haber llegado a su última fase. Los precios han dejado de caer y la oferta escasea. A este escenario se agarran las inmobiliarias para augurar tiempos mejores. El síntoma es aún débil, quedan viviendas en los cascos históricos, en los barrios próximos a los centros urbanos y en el extrarradio todavía difíciles de colocar. Pero confían en que la estabilización comience, como suele suceder, por el núcleo de la ciudad para luego extenderse.

¿Y después?

Aún así, todavía queda un gran stock y con precios muy devaluados compuesto en las urbanizaciones de chalets levantadas en zonas próximas a la costa, en las nuevos barrios de los perímetros urbanos y en pueblos y villas. La compraventa ha seguido cayendo en el arranque del año, con un descenso de las operaciones del 27% en Galicia, según los datos del INE.

En su informe anual, la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias apuntaba a finales de 2014 como el momento de tocar fondo y comenzar un nuevo escenario. Queda la incógnita de si los precios se estabilizaran en niveles muy bajos y durante cuánto tiempo. ¿Dos, tres, cuatro años? Lo que está claro es que nadie espera otra burbuja como la vivida en los años que precedieron a la crisis económica.

Destrucción del antiguo cliente

La opinión entre los profesionales del sector es que en el mercado de los próximos años predominará el alquiler, debido a la inestabilidad económica, la restricción del crédito y la merma general de ingresos. También por la casi extinción de la Viviena de Protección Oficial (VPO)

Estos años han provocado la práctica destrucción del antiguo comprador, una persona de ingresos medios, casada o con pareja, que accedía a la vivienda a través de un crédito hipotecario. También estaban entre los clientes inmigrantes con trabajos temporales que ahora tendrían vetado el crédito en las entidades financieras. Ahora ya no llaman a la puerta de las inmobiliarias, donde tres de cada cuatro clientes preguntan por una vivienda en alquiler, informa Fegein.

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