El plan de Pérez para salir de Iberdrola hará un roto al beneficio de ACS

La constructora destinará la mitad de las ganancias acumuladas hasta el tercer trimestre a la prima que ha prometido para convencer a los inversores

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El plan que ha diseñado el presidente de ACS, Florentino Pérez, para romper con Iberdrola antes de tiempo tendrá un coste de 247,8 millones, según los cálculos que desde este martes se barajan en las principales firmas de inversión madrileñas. La cifra supone prácticamente la mitad de los 551 millones en beneficio neto que el grupo constructor ha acumulado hasta el tercer trimestre del año.

Pérez quiere convencer a los titulares de dos emisiones de bonos de ACS convertibles en acciones de Iberdrola para que canjeen antes de tiempo. Los vencimientos están previstos en 2018 y 2019 y, en conjunto, apalancan 1.126 millones de euros. Los contratos permiten reembolsar el principal del préstamo con títulos de la eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán.

Operación salida

Por ahora, Pérez controla el 5,6% de los derechos políticos de Iberdrola y su equivalencia en capital será la que podría acabar dispersa en diferentes manos a partir del 18 de diciembre, fecha en la que el también presidente del Real Madrid pretende quedar desligado de la firma energética. El paso, si las emisiones de bonos hubieran seguido el curso previsto, se habría dado dentro de cinco años.

La estrategia de ACS consiste en avanzar ese momento a la semana que viene con una prima destinada a los inversores propietarios de los títulos de deuda convertibles. Y es, precisamente, este sobreprecio el que impactará de lleno en el beneficio del constructor. Iberdrola (5,66 euros) cotiza por debajo del nivel de referencia estipulado (5,76 euros y 6,41 euros). Para equipararlo, Pérez deberá abonar 46,5 millones, aunque esta cifra oscila con cada sesión.

Intereses anuales y compensaciones

Si ACS quiere convencer a los titulares, al importe habrá que sumar, según diversas fuentes, los intereses anuales que los inversores dejarán de percibir; aunque con toda probabilidad aceptarán un descuento por anticipar el cobro. La emisión que caduca en 2018 rinde a un ritmo del 2,62%; mientras que los bonos que mueren en 2019 rentan al 1,62%. Se trata de una media de 40,2 millones por ejercicio durante el próximo lustro. Si se exigen en su totalidad, el montante asciende a 201,3 millones.

La prima que ofrecerá ACS para acelerar la salida de Iberdrola, de todos modos, no se ha definido aún oficialmente. Se establecerá con una base (el importe se conocerá el jueves) y una parte variable, que se fijará el viernes. Ésta se vinculará a la evolución de Iberdrola en bolsa con la referencia de las sesiones del 9, 10 y 11 de diciembre. Cuando los cálculos estén cerrados, ACS abonará el 18 de diciembre el pago prometido.

Cuentas en retroceso

Los 247,8 millones que podría costar la operación salida de Iberdrola impactarán de lleno en el beneficio anual debido al elevado endeudamiento de la empresa (5.872 millones en total, según la última actualización). El desfase ha crecido 1.638 millones en 12 meses y no parece que esta línea dé para mucho más. Hasta el tercer trimestre, las ganancias netas acumuladas eran de 551 millones ( 0,5%).

El ebitda, de 1.865 millones, se había reducido septiembre sobre septiembre el -13,7%. Las ventas también han aflojado al ritmo del -2,6% anual. El único apunte positivo reciente se realizó el 11 de noviembre cuando el Gobierno abonó 1.350 millones en concepto de indemnización por la paralización del proyecto Castor, que causaba terremotos en las costas de Tarragona y Castellón. El importe debería resarcir, teóricamente, a los bonistas que financiaron el arranque del depósito de gas.

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