El naval tardará seis meses en reclutar a 1.200 trabajadores para los contratos de Barreras

El calendario de construcción inicial incluye los cinco barcos comprometidos en diciembre por Pemex

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El sector naval tardará un semestre en reclutar y formar a los cerca de 1.200 trabajadores que serán necesarios para desarrollar durante al menos los tres próximos años los trabajos de construcción del primer lote de cinco buques que la petrolera mexicana Pemex podría haber solicitado en firme al astillero gallego Hijos de J. Barreras, del cual es copropietaria. Una vez que estén perfeccionados los contratos para la realización del quinteto, las empresas que conforman la red capilar de apoyo al astillero necesitarán alrededor de seis meses para localizar a los operarios y actualizar la formación especializada a las plantillas, según las estimaciones que maneja la patronal Asime.

De un lado, los trabajos de ingeniería inicial de las naves han empezado en algunos casos independientemente del calendario definitivo de construcción, que aún no está fijado. Según fuentes del comité de empresa, incluso algunos diseños ya están hechos desde hace años, como serían los casos del atunero y del flotel, si bien habría que actualizar nuevas especificaciones. Por el contrario, no sería tan meteórico el inicio de la fase de corte de chapa, soldadura y armamento de las naves. Al ser habitualmente los buques montados en las gradas por parejas (Barreras podría iniciar hasta tres a la vez), precisan mano de obra intensiva. Y esta será, precisamente, la que prestará el ejército de especialistas que serán convocados y formados en los próximos meses.

Motores y equipamiento

Por norma general, cuando se firma el contrato del buque, uno de las primeros aspectos que se encarga, a la par que el aprovisionamiento de chapa, es el grupo propulsor y el equipamiento tecnológico, para evitar que, a su vez, pueda acarrear demoras en el proceso de síntesis. Casi ninguno de estos equipos se fabrica en España. De ahí que la cuestión de la posible demora en seis meses para la contratación multitudinaria no es menor, sino más bien de mucho calado teniendo en cuenta que se habla de un multicontrato de cinco buques valorado en unos 300 millones de euros.

A este primer lote de cinco naves que construirá Barreras desde este mismo año, podrían sumarse de forma inminente un flotel (buques-hotel) más, dependiendo de la resolución definitiva del concurso sobre estos buques anunciada por Pemex para el próximo día 28, y a medio plazo una docena de barcos auxiliares de mucha menor envergadura, principalmente remolcadores. El flotel para la petrolera mexicana podría ser el primero al que se pusiese la quilla en la grada, aunque dependerá de la combinación de intereses del resto de armadores.

A pesar del caudal de millones y de empleos que se arremolinan a las puertas del astillero vigués, no puede obviarse la realidad: durante más dos años, desde la denuncia del tax lease ilegal y la moratoria de construcción impuesta por Bruselas, los astilleros y empresas auxiliares gallegas han recortado sus plantillas en un 60% por término medio, cuando no en muchos otros casos han sucumbido ante la falta de trabajo.

Los buques

La cartera de pedidos anunciada inicialmente para Barreras está compuesta por un atunero por valor de 20 millones de euros, con destino a la firma pesquera mexicana Procesa; un supply (unidad de suministros a las plataformas petrolíferas en alta mar) por valor de 85 millones de euros para el armador Diavaz, especializado en este campo; y, finalmente tres buques-cisterna, con un coste de unos 60 millones de euros cada uno para Pemex, poseedora del 51% de la factoría naval gallega. Frente al posible retraso, la compañía viguesa cuenta a su favor que está especializada en los tres tipos de barcos.

Desde que a finales de 2013 Pemex desembarcó en Galicia adquiriendo en 51% de la firma de construcción naval, las expectativas han tenido las piernas más largas que la realidad. La travesía económica de este último año y medio del mayor astillero español puede calificarse como una auténtica operación acordeón: hasta 2011 obtuvo récord de facturación en el sector nacional llegando a rozar en un ejercicio los 450 millones de euros de negocio; seguidamente y hasta hace pocas semanas estaba sumido en una profunda crisis coronada por un concurso de acreedores del que acaba de salir.

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