El mercado verde está maduro

Los supermercados ecológicos se afianzan como un modelo rentable de negocio. Las nuevas superficies apuestan por ofrecer una amplia gama de productos que permita hacer la compra entera en el establecimiento

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El lunes pasado inició su andadura Ecorganic, un supermercado ecológico de 500 metros cuadrados situado en la Gran Vía Ramón y Cajal de Valencia, cuya principal novedad es la gran oferta de productos ofrecidos a granel, con el fin de abaratar los costes y minimizar el impacto contaminante de los envases.

A granel se venden los cereales, la pasta, las algas y hasta el champú o el detergente. “El sistema nos permite además acceder a un número mayor de pequeños productores”, explica Diego Alamar, uno de los propietarios.

No se trata de su primera incursión en este tipo de establecimientos. Desde 2006 posee una tienda de similares características (aunque menor tamaño) en la avenida Blasco Ibañez junto a otro socio.

“Mucha gente se acercaba a pedirme franquicias, pero la idea nunca me sedujo”, explica. “Para llevar este negocio tienes que estar comprometido, creer en él”. Por eso, de entre todas las propuestas que le llegaban “se acabó convirtiendo en el tercer socio para la nueva tienda uno de mis clientes”, resume.

En ella, ha buscado reproducir lo más fielmente posible la estética de un supermercado convencional con el fin de “crear espacios que la gente perciba como algo normal”. Desde las cajas a la carnicería, todo sigue el mismo sistema que los locales de una gran cadena.

Su objetivo es atraer a quienes nunca se hubiesen atrevido a entrar en este tipo de establecimientos, “no quitar cuota a los que ya están”. No se trata del primer comercio de estas características que abre en Valencia. El Herbolario Navarro fue pionero cuando, en 1997, abrió el supermercado biológico más grande de España. Cerca de 1.500 metros cuadrados de alimentación que, 15 años más tarde, es el vivo ejemplo de que lo biológico es una apuesta de futuro.

La exportación gana al consumo

Su gerente, José Navarro, confirma que se trata de “un mercado en auge”. El producto es hoy más barato, dice, porque la demanda ha crecido en los últimos años. “Antes solo los más convencidos entraban, y ahora cada vez más gente se sube al carro. En una compra semanal o mensual la diferencia de precio no es tan grande”, asegura.

Su empresa cuenta con siete franquicias y otros tantos establecimientos propios. “Este es un sector muy estrangulado”, explica Alamar, “con márgenes reducidos y poca rotación”. Por eso, “la visión tiene que ser muy largoplacista”. Pese a todo, reivindica que “hay que perderle el miedo al producto bio”. “Es muy relativo que sea caro, y, de hecho, lo es cada vez menos. Depende de con qué lo compares y de la importancia que le des a tu alimentación”.

“En España un 8% de los productos que se consumen son de origen ecológico”, apunta Navarro. “Es poco si se compara con Alemania, donde suponen una tercera parte del total, pero mucho si se tiene en cuenta que hace unos años solamente era un 4%”, explica el gerente, que también destaca que, frente a este bajo consumo, nuestro país es uno de los principales productores de productos biológicos.

“Pero casi todo se exporta”, lamenta. Aquí, el modelo más exitoso de supermercado ecológico es probablemente el de Veritas, la cadena catalana presente en Catalunya y Baleares, que el pasado jueves abrió su centro número 23, muestra evidente de que cada vez más consumidores optan por apuntarse a lo biológico.

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