El juzgado descarta el concurso culpable del Club Financiero Atlántico

El Juzgado de lo Mercantil número 2 de A Coruña declara fortuito el concurso del Club Financiero, que cerró sus puertas antes de la pandemia

Instalaciones del Club Financiero Atlántico

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El Club Financiero Atlántico, histórica entidad coruñesa fundada en 1987 como punto de encuentro del empresariado de la ciudad, cerró sus puertas poco antes del estallido de la pandemia. No fue por causa del Covid-19. La asociación, presidida en su última etapa por Mariano Gómez-Ulla, no fue capaz de sortear el concurso de acreedores en el que estaba inmersa desde finales de 2019 y en el que entró con un pasivo de poco más de 300.000 euros. Fue a principios de marzo, antes de decretarse el estado de alarma en el país, cuando el Juzgado de lo Mercantil número 2 de A Coruña declaró la apertura de la fase de liquidación del club. Ahora, y según ha podido saber este medio, el juez ha emitido un auto en el que da por concluida la fase de calificación del procedimiento concursal, resolviendo que este es fortuito

El hecho de que un concurso de acreedores sea calificado como fortuito quiere decir que tanto la concursada como sus representantes no son considerados por el juez causantes de la insolvencia de la compañía, por lo que pueden continuar con su trayectoria empresarial sin ningún lastre. Un calificación de culpable significaría que el deudor, con sus actuaciones, habría generado o agravado el estado de insolvencia de la sociedad.

Deuda por la quiebra de Remocsa

Según el propio Gómez-Ulla explicó ante la prensa el pasado marzo, el Club Financiero entró en concurso de acreedores con un pasivo de entorno a 300.000 euros. La cantidad, a priori, no parecia insalvable para una entidad de sus características, que contaba con cerca de 270 socios (llegaron a ser, no obstante 370).

El ya expresidente del Club Financiero Atlántico explicó, no obstante, que en esta última etapa no se llegó a plantear a los socios (entre los que se encontraba el propio Amancio Ortega) el acometer una derrama para hacer frente a la deuda. El empresario coruñés indicó que ya hubo muchas dificultades en el año 2015 para llevar a cabo una derrama por valor aproximado de 200.000 euros con la que hacer frente a la deuda más urgente que tenía la entidad derivada de la quiebra de Remocsa, la sociedad que, años antes, explotaba la actividad comercial del Club Financiero Atlántico

Los representantes de la última directiva del Club indicaron que la deuda derivaba en gran medida de las obligaciones contraídas tras la quiebra de Remocsa. Entre otras cosas, Gómez-Ulla aludió a que el Club Financiero Atlántico tuvo que asumir la plantilla contratada en su momento Remocsa. “Además, posteriormente, se tuvo que hacer frente a sucesivas deudas derivadas de la etapa anterior como, por ejemplo, de mantenimiento de edificio”, comentó. A lo largo de los meses, distintas fuentes cercanas a la antigua entidad empresarial apuntaron a que otra de las causas que empujó a la sociedad al concurso fueron las supuestas «desavenencias» con su casero, un empresario coruñés que posee la mayoría de las acciones de Propietaria Club Financiero Atlántico, la sociedad dueña del histórico edificio.

Resuelta ya la fase de calificación del concurso, este sigue con su tramitación en el juzgado. Sobre auto que califica el concurso como fortuito no cabe recurso.

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