El juez deja a NCG entre los últimos en cobrar la deuda de Pescanova

El magistrado que lleva el concurso califica los créditos del banco como subordinados, al haber sido accionista de la multinacional pesquera

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Los pronósticos se cumplieron y al finalizar la fase común del proceso concursal en el que está inmersa Pescanova y abrirse la de convenio, el juez determinó que los créditos de Novagalicia Banco tendrán calificación de deuda subordinada, ya que la entidad financiera fue accionista del grupo con sede en Pontevedra. Esto quiere decir que será uno de los últimos acreedores en cobrar.

Todo un mazazo para la entidad gallega, recientemente adquirida por Banesco, quien desde el principio de la crisis de la multinacional pesquera, en febrero del año pasado, ha formado parte del núcleo duro de la banca atrapada en la millonaria deuda de la firma.

Tercer mayor acreedor

Novagalicia será uno de los últimos en cobrar aún a pesar de ser la tercera mayor entidad acreedora en Pescanova. El grupo presidido por Juan Manuel Urgoiti mantiene una deuda con ella de más de 160,5 millones de euros, sólo superada por el Sabadell que tiene atrapados 222 millones y Banco Popular, con 165.

La deuda del resto de bancos integrantes del steering committe de Pescanova es la siguiente: Caixabank ronda los 157,4 millones; Bankia 126,8; el Santander 85,2 y BBVA 74,8. Además, Novagalicia participó en la inyección de un crédito urgente de 54 millones el pasado verano para mantener a flote la compañía.

En cuanto a entidades extranjeras, el mayor acreedor es Deutsche Bank, con 130,6 millones.

Accionista de Pescanova

Según el artículo 95.2 de la ley concursal, una deuda se convierte en subordinada cuanto “los créditos fueran titular de alguna de las personas especialmente relacionadas con el deudor”. Novagalicia llegó a tener un 30% de Pescanova, derivado de la etapa de las antiguas cajas.

Tras la fusión de las cajas, la entonces Novacaixagalicia redujo su participación en la compañía pesquera de un 30% a un 0,6% entre el 3 de diciembre de 2010 y el 20 de junio de 2011.

La relación entre Novagalicia y Pescanova siempre ha estado presente a lo largo de toda la crisis de la firma gallega. De hecho, el fondo americano Cartesian llegó a querellarse contra la entidad gallega y contra el consejo que administraba la caja fusionada en el momento en que le compraron la participación con la que entraron en Pescanova. El fondo, representado por el bufete Cremades y Calvo Sotelo, defiende que la financiera era conocedora de la situación real que atravesaba la compañía, entonces presidida por Manuel Fernández de Sousa. La demanda, no obstante, no fue admitida a trámite.

Sin voto en la junta de acreedores

Según la ley concursal, en el caso de la liquidación de una compañía, el deudor que posee crédito subordinado sólo tiene derecho al cobro después de los acreedores privilegiados y los ordinarios. En caso de que se llegue a convenio, como se intenta en el caso de Pescanova, el acreedor subordinado carece de voto en la junta y sólo podrá cobrar una vez satisfechos los créditos ordinarios.

El hecho de que desde un principio se sospechase que la deuda de Novagalicia podría ser calificada como subordinada destapó ciertos recelos por parte del resto de las entidades bancarias que conforman el steering committe que temían que el banco gallego pudiera plegarse a una quita elevada. De hecho, en su momento, Freshfields, como asesor de la banca, estudió si apartar a la NCG del núcleo duro de entidades que negociaba con la pesquera.

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