El jefe de Marineda City tiene pánico al teletrabajo

Ismael Clemente, consejero delegado de Merlin Properties, dice que quienes defienden el teletrabajo no están interesados en la productividad

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Duro alegado del consejero delegado de Merlin Properties contra el teletrabajo. Ismael Clemente ha alertado este jueves de los «peligros» del teletrabajo y se ha mostrado convencido de que los actores que enarbolan esa bandera para su implantación permanente tras la Covid-19 no están interesados en la productividad. ¿Será por los edificios de oficinas que controla Merlin por toda España?

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«Hay actores en el mercado que no están interesados en la productividad y esos convertirán el teletrabajo probablemente en una bandera y el teletrabajo será adoptado de forma amplia en la administración pública, en grandes corporaciones y en empresas muy sindicalizadas», ha criticado Clemente en la cumbre organizada por la CEOE con motivo de la crisis del coronavirus.

«No nos lo podemos permitir»

A su juicio, hay un «tejido productivo que no puede permitirse una pérdida de productividad» y que, por tanto, «no puede permitirse económicamente» esa modalidad laboral, ha advertido.

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Tras recordar que en los año 90 ya hubo un debate sobre el teletrabajo «que demostró que tiene una serie de peligros que no se están teniendo en cuenta adecuadamente«, el CEO de la mayor socimi cotizada en España, dueña de Marineda City, ha admitido que este debate vuelve estar «en la calle» y ha emplazado a ver sus efectos dentro de cinco años.

Merlin, parte interesada

Aunque ha reconocido que es «parte interesada» en ese debate, ya que la mayor parte de su cartera inmobiliaria son oficinas, Clemente ha abogado por «dejar que se desarrolle lo que tenga que desarrollarse y que actúen con libertad tanto las empresas como los trabajadores y adopten o no las medidas de teletrabajo que tengan a bien considerar».

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Además, ha negado que Merlin tenga ninguna «preocupación» al respecto, ya que, según sus cálculos, lo que el teletrabajo induzca de desocupación en las oficinas «va a resultar más que compensado» por las medidas de distanciamiento social, que van a hacer «que la densificación de seis metros cuadrados se replantee y se vuelva a los diez metros cuadrados por empleado, como hace años».

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