El grupo rebelde pide al juez una junta de Pescanova para apartar al presidente

Fernández de Sousa tumba en el consejo su revocación y se enfrenta a Carceller, que dice contar con el respaldo del 20% del accionariado

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Primer match point serio para Manuel Fernández de Sousa. Y punto ganado para retener la presidencia de Pescanova. El máximo accionista individual de la multinacional ha logrado tumbar su enésima revocación en un consejo de administración celebrado lejos de Vigo, en un céntrico hotel de la madrileña Plaza de Colón, en el que sacó adelante por seis votos a favor frente cuatro en contra su posición en todos los puntos del orden del día de una convocatoria urgente, ya que en el calendario estaba fijado el próximo 19 como cita ordinaria del máximo órgano de adminsitración de la compañía pesquera.

Si bien hasta ahora las revocaciones del presidente se habían planteado por parte de los disidentes de forma consecutiva en las últimas tres citas, la mayoría que controla Fernández de Sousa en el consejo había impedido si quiera que se llegase a votar la posibilidad de incorporar dicho punto en los sucesivos órdenes del día. Pero ayer hubo votación, y fueron cuatro consejeros –José Carceller, Pérez Nievas, Yago Méndez Pascual y el respresentante del fondo Luxempart– los que se mostraron a favor de su salida de la presidencia, mientras que otros seis, entre los que se encuentran el hermano e hijo de Manuel Fernández, así como Alfonso Paz Andrade, Ana Belén Barreras y Robert Williams, arroparon al presidente.

Respaldo para forzar una junta de accionistas

Manuel Fernández se cuidó mucho de respetar las formas y medir los tiempos porque en la reunión tomaron parte los dos administradores concursales designados por Deloitte, y de hecho uno de ellos, Santiago Hurtado, firmó el hecho relevante enviado a la CNMV a media tarde. Además de la revocación, también la conveniencia de celebrar una junta general estaba en el orden del día. Sin embargo, la misma proporción de apoyos de Manuel Fernández bastó para que no saliera adelante.

Este asunto, sobre el que incidieron los accionistas disconformes con su gestión en los días previos al consejo de ayer, solicitando a los administradores concursales la celebración de una junta general extraordinaria desde el pasado día 17 de mayo, se vuelve ahora capital. De hecho, Damm (Carceller) y los socios disidentes, aseguran contar con el respaldo del apoyo estatutario necesario para que se convoque una junta con el objetivo de que todos los accionistas, mayoritarios o no, se pronuncien sobre la necesidad de apartar a Fernández de Sousa de la presidencia. Y así se lo han hecho saber al juez que tramita el concurso de acreedores de Pescanova.

El apoyo de Silicon Metals

¿Y cuál es el apoyo con que aseguran contar los socios rebeldes? Al menos el 20% del capital, mínimo estatutario para activar la convocatoria. Así, a las participaciones de Carceller (6,2%), Pérez Nievas (3,3%), y Luxempart (5,8%) se sumaría ahora otro apoyo clave, que les daría esa holgada mayoría, algo que desde el entorno de Manuel Fernández de Sousa ponen en duda.

Se trata del fondo Silicon Metals Holding, que controla otra 5% de Pescanova. Domiciliado y gestionado desde Nueva York, pero con ramificaciones en cuanto a su propiedad repartidas por paraísos fiscales como Delaware o Islas Caimán, el apoyo de Silicon Metals daría a Carceller y sus aliados hasta un 20,3% del capital de la compañía.

Aunque la irrupción de este fondo data del pasado mes de febrero, en plena crisis, cuando declaró la participación relevante en la CNMV, su entrada en Pescanova se produce en agosto de 2012, cuando la multinacional activó una ampliación de capital y se incorporaron a su accionariado Carceller y Luxempart. Frente a todos ellos, Manuel Fernández retiene directamente un 7,5% de Pescanova. De hecho, el de ayer es el primer consejo que se celebra en la compañía desde que suspendió pagos. Y también el primero desde que el propio Manuel Fernández declaró poseer la mitad de las acciones que decía tener.

Las derivadas

El de ayer, en palabras de los socios disidentes, fue un consejo de administración con un presidente en funciones, ya que su cargo tiene que renovarse en junta general, y también celebrado con «una ilícita sobrerepresentación», ya que las bajas de uno de los consejeros de Pescanova que han dimitido en esta crisis, Jesús García, no ha sido cubierta. A juicio de este grupo, «el presidente controla fraudulentamente el 60% del consejo». Así las cosas, será el juez de lo Mercantil de Pontevedra quien decida ahora sobre la convencia de celebrar esa tan solicitada junta general, algo sobre lo que desde el entorno de Manuel Fernández vuelven a cuestionar.

En otros frentes, el consejo acordó designar al despacho CMS Albiñana Suarez de Lezo para asesorar a la compañía en su defensa frente a los expedientes sancionadores abiertos por la CNMV. La administración concursal informó al consejo de todo lo relativo a la suspensión de pagos «y respondió a las preguntas efectuadas por diversos consejeros interesándose por la situación del grupo», en una reunión muy medida por parte de Manuel Fernández, que finalizó poco antes de primera hora de la tarde lejos de Chapela (Redondela), donde la compañía sufre un proceso de suspensiones de pagos en cadena de las filiales, con unos administradores concursales que todavía están comenzando a conocer la realidad de la multinacional, con tantas ramificaciones internacionales como tiene.

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