El grupo PSA arrincona las fábricas de Opel

El grupo francés advierte de que las plantas de Opel deben reducir costes para ser más competitivas y poder captar nuevos modelos

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El grupo francés PSA trata de exprimir la inversión de 2.200 millones de euros realizada en la compra de Opel. La compañía propietaria de marcas como Peugeot y Citroën quiere recortar los costes de la marca alemana, un 50% superiores a los del grupo. “Tiene que llegar a ser mucho más eficiente”, señaló el presidente del conglomerado, Carlos Tavares. Sin ahorro no hay nuevos modelos.

“Tenemos que mirar la realidad, los costes de Opel son un 50% superiores a los de PSA”, añadió el ejecutivo portugués. La meta es que la firma germana logre finiquitar la reestructuración como tarde en 2020, tanto en aspectos de la producción como en recortes de plantilla.

“Si en los últimos años se han eliminado 30.000 puestos de trabajo sin salir de los números rojos se puede pensar que el problema está en otra parte”, matizó. Aun así, plantea entre 1.000 y 1.500 despidos en las diversas fábricas del Viejo Continente. En principio ninguno debía ser en España, pero las tensiones en la negociación del nuevo convenio colectivo en la planta de Figueruelas (Zaragoza) abren la puerta a las salidas.

El grupo PSA plantea hasta 1.500 despidos en Europa; que lleguen a España dependerá de bajadas de sueldo

De este modo, las bajas debían repartirse entre la instalación inglesa de Ellesmere Port (400 empleados), las alemanas de Rüsselsheim (más de 200 personas) y Eisenach y en la planta de Polonia. El recorte planteado afectaba, aunque en menor medida, a las fábricas de Austria y Hungría. Sólo el recinto aragonés quedaba al margen.

No obstante, PSA ya lanzó una advertencia tras anunciar el ajuste: “Solo vamos a invertir en proyectos rentables y en las plantas cuyas condiciones de competitividad así lo hagan posible”. Un portavoz del grupo es más claro al hablar de Figueruelas: “Hay que convertir la fábrica en productiva y rentable”.

Tensiones en Figueruelas

La empresa cree tener la sartén por el mango. Con el Opel Corsa ya en sus últimos coletazos –está previsto que la actual edición finalice en 2018 o comienzos de 2019–, la planta necesitará nuevos modelos para mantener los 5.700 empleos y las 460.000 unidades producidas. Para concederlos, exige una rebaja salarial del 6% en 2018 y la congelación entre 2019 y 2022. 

Las posturas con los sindicatos son muy lejanas, pues la plantilla contempla una subida al mismo ritmo que el IPC. Las negociaciones debieron cerrarse el pasado 15 de diciembre. No fue así y la adjudicación de vehículos que parecía cerrada queda ahora en el aire.

Si a finales de 2016 se aseguraba que la nueva generación del Corsa se fabricaría en 2019 en exclusiva en Zaragoza, ahora la realidad es distinta. “Está en fase de estudio, pero no existe nada oficial y está supeditado a los acuerdos alcanzados en el nuevo convenio colectivo”, lamentan los sindicatos.

La misma tijera tuvieron que soportar los empleados de la fábrica de PSA en Madrid en el primer trimestre de 2017. La instalación no alcanza las 90.000 unidades anuales de un solo modelo, el Citroën C4 Cactus, y para asegurar su viabilidad tuvo que aceptar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), bajas incentivadas, prejubilaciones y traslados de personal. A cambio, se le asignó un nuevo modelo que garantizará su supervivencia hasta el año 2027.

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