El Gobierno deja en manos de industria y distribución el futuro del sector lácteo

Presenta la hoja de ruta para un gran pacto que garantice la viabilidad de las explotaciones, pero rechaza fijar un precio mínimo para la leche y obvia las ayudas urgentes que necesitan las granjas gallegas

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Agricultura entrega el futuro del sector lácteo al mercado y a los actores que conforman la cadena de valor. La postura del Gobierno fue inamovible. No adoptará una solución similar a la de Francia porque considera, al igual que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que sería contraria a la normativa comunitaria. Tejerina no intervendrá, por tanto, el mercado de la leche.

El encuentro con los representantes del sector –industria, distribución y productores– sirvió para presentar una propuesta de acuerdo entre todos los actores que ponga fin a los insostenibles precios, por debajo de los costes de producción, que han puesto en peligro la supervivencia de cientos de explotaciones gallegas.

La libertad del libre mercado

El paquete de medidas está destinado a todas las áreas. Parte de la idea de que industria y distribución garanticen un precio que, al menos, cubra los costes de los productores. Las distribuidoras juegan aquí un papel clave, pues de utilizar la leche como producto reclamo en el supermercado, provocan una caída en las tarifas que pagan a la industria, y esta, a su vez, baja los precios a los ganaderos.

Agricultura mediará para que no se lleve a las granjas al límite, pero poco más. Dependerá de la negociación y de la buena voluntad de industria, distribución y ganaderos para entenderse, un escenario no muy distinto del que se abrió con los contratos de recogida.

España tiene «una economía de libre mercado», en la que «los precios no se pueden acordar ni pactar», ya que «ni lo permite la legislación española ni la comunitaria», zanjó la ministra Isabel García Tejerina.

Contratos antes de septiembre

A la distribución le pidió Tejerina que no banalice la leche, que rompa la tendencia de utilizarla como producto reclamo. A la industria, algo más. Pretende que acuerden con los representantes de los ganaderos, un contrato tipo compraventa, para su homologación por el Ministerio de Agricultura, «en el que se dé estabilidad y garantía de recogida a los volúmenes que venían produciendo los ganaderos y en donde se garanticen precios sostenibles».

A los ganaderos y cooperativas se las insta a reestructurar el sector, ganar tamaño con organizaciones de productores homologables a las de los competidores europeos y, en definitiva, constituir explotaciones más rentables a fuerza de ganar en volumen y modernización.

Un compromiso

En líneas generales vaga, la propuesta de Agricultura incluye una medida concreta. Solicitará el incremento temporal de los precios de intervención de leche desnatada en polvo y mantequilla en el Consejo de Ministros de la UE del 7 de septiembre.

Galicia sigue en vilo

Las medidas gustan en Galicia, la primera productora de leche de España. El problema es que el estado de salud del sector necesita una operación urgente más que una terapia a largo plazo. Hay explotaciones que «no pueden esperar» puesto que están «al límite» al cobrar precios «anormalmente bajos» y acumular «tres y cuatro meses sin cobrar», expresaban los sindicatos agrarios –Unións Agrarias, Sindicato Labrego Galego y Xóvenes Agricultores– a la salida de la reunión.

En el aire se quedan las ayudas para las granjas en dificultades, que no pueden afrontar los créditos y que están al borde del cierre. Se anuncia que habrá ayudas, pero las explotaciones las necesitan ya. «Lo que hay aquí es un error de planteamiento, porque, ante la hemorragia, lo que hay que hacer es pararla, y luego ver cómo se arregla la situación», zanjó Roberto García, de Unións Agrarias.

Tampoco se trató ningún problema específico de Galicia, se emplazó al diálogo con las propias comunidades autónomas. «Seguir estudiando» el panorama del sector lácteo «no se puede seguir defendiendo en agosto, cuando la situación es insostenible desde abril», zanjó Isabel Vilalba, de Sindicato Labrego Galego.

El mediador

Tejerina ha establecido un calendario de reuniones, que incluirá encuentros con los representantes de Agricultura de los Gobiernos francés, italiano y portugués, con las comunidades autónomas y, finalmente, una nueva reunión con el sector. Para entonces debería estar aprobado el Código de Buenas Prácticas en la comercialización agroalimentaria, al que pedirá que se adhieran los agentes de la cadena de valor.

Está previsto que dicho documento regule la figura del mediador en la negociación entre actores.

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