El Gobierno cede ante la industria para salvar el pacto del sector lácteo

Retira del acuerdo los compromisos de recogida y precio de las empresas que figuraban en el borrador inicial y desaparece la fecha límite para consensuar un modelo de contrato con los ganaderos

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El gran pacto impulsado por el Ministerio de Agricultura para intentar ajustar el mercado lácteo, cuya dinámica ahoga a cientos de explotaciones gallegas que perciben irrisorios precios por la leche en origen, llega este miércoles a su primera meta volante con la adhesión al acuerdo por parte de industria, distribuidoras y productores. La reunión en sede ministerial se celebrará bajo la paradoja de que un documento impulsado para aliviar las dificultades de las explotaciones será rechazado por la mayoría de los ganaderos, pues los sindicatos agrarios entienden que la hoja de ruta trazada no atiende a sus reivindicaciones.

No habrá precios mínimos ni estarán indexados a los costes de producción, tampoco se establecen, por el momento, sanciones en los casos de incumplimientos por parte de industria o distribuidoras, y, en resumen, no hay seguridad para el ganadero. Esa es laconclusión que extraen Unión de Pequeños Agricultores (UPA), donde se integra Unións Agrarias, y de la Coordinadora de Organizaciones de Productores y Ganaderos, (COAG) que se desmarcan del pacto. Se suman, en cambio, tanto Asaja como las cooperativas.

[Consulte el acuerdo para la sostenibilidad del sector lácteo]

Menos garantías en los precios

El texto del Acuerdo para la estabilidad y sostenibilidad de la cadena de valor del sector de vacuno de leche se presentó el 18 de agosto como un borrador a trabajar entre los distintos actores de la cadena de valor. Los productores, tras el disgusto de no lograr incorporar una solución a la francesa que incluyese un precio mínimo, lo valoraron positivamente pero con la vocación de incluir nuevos puntos que incidiesen en ofrecer seguridad sobre el precio y la recogida de la leche. El documento final, al margen de no atender estas peticiones, realiza más concesiones a la industria láctea que a los propios ganaderos.

Del borrador inicial, se elimina el compromiso de las empresas transformadoras –Lactalis, Leche Río, Celta…– de «aplicar en sus contratos precios de compra que permitan remunerar los costes de producción a los ganaderos, al menos para los volúmenes que venían produciendo hasta el pasado 1 de abril». Esta referencia a los costes de producción desaparece y se sustituye por un compromiso distinto, el de que los pagos y volúmenes recogidos «contribuyan a la sostenibilidad de las explotaciones», un concepto que consideran «vago» las organizaciones agrarias y que no excluye los bajos precios.

Las necesidades de la industria

Tampoco se indexa a los costes de producción sino a «la evolución de las ventas de la industria contratante», lo que para COAG implica que queda supeditada «a las necesidades de la industria», en palabras de Andoni García, responsable de organización de la entidad.

«Se pueden ofrecer precios ruinosos y cumplir el acuerdo y ni siquiera se establece qué es cumplir y qué conlleva el incumplimiento», se lamentó COAG. 

[Consulte el primer borrador del acuerdo para el sector lácteo]

Garantías de recogida

Respecto a la primera propuesta de Agricultura, los productores también pierden garantías de recogida. El primer borrador solicitaba «antes de finales del mes de septiembre, la implantación de un contrato tipo de compraventa de leche en el que se garantice al productor la recogida, a un precio que permita su sostenibilidad y acorde con el mercado, de al menos un volumen de leche equivalente a la producción del ganadero en el último año».

Es decir, ganaderos e industria debían negociar un contrato tipo a largo plazo antes de que finalizase septiembre, que además contemplaba la figura de un «sistema de arbitraje independiente para saldar los desacuerdos».

En el documento final, el arbitraje se mantiene pero los otros dos puntos desparecen. La fecha límite del mes de septiembre se sustituye por un «a la mayor brevedad posible» y la recogida de «al menos un volumen de leche equivalente a la producción del ganadero en el último año» no figura por ningún lado.

Vigilancia a los intermediarios

Entre tanto disgusto hubo también alguna victoria para los ganaderos. El texto atiende parcialmente una vieja reivindicación de los sindicatos agrarios gallegos y de la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca) y compromete al Ministerio de Agricultura para que controle y regule a los intermediarios del lácteo, los primeros compradores.

«Las partes instan al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a regular el papel de los primeros compradores, en relación con los productores de leche, al objeto de evitar prácticas que pongan en riesgo la sostenibilidad económica de las explotaciones, y a definir el marco al que, de acuerdo con la legislación vigente, debe someterse la relación de dichos compradores con la industria», dice el acuerdo, que fue enviado en la tarde de ayer a las organizaciones de productores. 

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