El gafe de Rodríguez Cebrián: atrapado en Martinsa como cuarto mayor accionista

El exdirector general de Inditex y la sobrina del fundador del grupo textil, Dolores Ortega, controlan todavía un 7% de la inmobiliaria

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A bueno seguro que Fernando Martín, sus principales socios y sus acreedores bancarios no son los únicos a los que le ha cambiado el semblante estos días. Juan Carlos Rodríguez Cebrián y su mujer, Dolores Ortega, sobrina del fundador de Inditex, se encuentran entre los máximos accionistas de Martinsa, que enfila su recta final como empresa.

A regañadientes, el exdirector general de Inditex, que fue consejero de la inmobiliaria, y su esposa, retienen algo más de un 7% de la inmobiliaria a través de la sociedad patrimonial Aguieira de Inversiones, según consta en los registros de la Comisión Nacional  del Mercado de Valores. El tándem familiar Cebrián-Ortega se coloca como cuarto mayor accionista de la compañía, controlada a través de pactos parasociales por los socios Fernando Martín y Antonio Martín Criado, que tiene un 15,1% de forma directa.

Más de 130 millones

Por detrás de ellos figura el Banco Financiero y de Ahorros, matriz de Bankia, con un 8%, y Dolores Ortega Renedo, titular de 6,6 millones de derechos de voto, que le otorgan directamente el 7,1%, según el último informe de gobierno corporativo de Martinsa. En junio de 2009, Dolores Ortega comunicó a la autoridad bursátil que causaba baja en el consejo de administración de Martinsa-Fadesa, que controlaba a través de Aguieira de Inversiones. La participación, ese 7%, era la misma que se había comunicado en diciembre de 2007, cuando Rodríguez Cebrián formalizó su entrada en el consejo de la inmobiliaria.

A la compra de la participación en Martinsa destinó la familia un importe superior a los 130 millones de euros, y cuando fue suspendida la cotización, tras la presentación del concurso de acreedores, computaban unas minusvalías de 80 millones de euros. Rodríguez Cebrián llegó a abandonar el consejo de administración de la compañía por discrepancias que fueron interpretadas en diversos medios como una maniobra defensiva.

Mal fario

Lo cierto que es Rodríguez Cebrián no tiene demasiada suerte con sus inversiones en el ladrillo, prácticamente todas formalizadas antes del pinchazo de la burbuja. Tras su salida de Inditex, que se llevó a cabo en 2005, el financiero optó por gestionar el abultado patrimonio familiar, y procedió a formalizar inversiones en el sector inmobiliario por unos 240 millones de euros. A la suspensión de pagos de Martinsa se unió la de Habitat, donde también entró, y a los problemas de Realia.

Abonaron 54 millones para llevarse el 9% del capital de Habitat. En noviembre de 2008, sólo dos años después de la entrada de Cebrián y Ortega, la compañía solicita la suspensión de pagos con un pasivo de 2.300 millones. Todo fueron errores, o mala suerte, en la aventura de Rodríguez Cebrián con el ladrillo.

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