El futuro de Sargadelos, en manos de la banca y la Xunta

Además de la administración gallega, NCG, BBVA, Caixabank, Hacienda y parte de la plantilla se encuentran entre los acreedores

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El histórico Grupo Sargadelos, que echó a andar en el siglo XXI de la mano de Antonio Raimundo Ibáñez y fue refundado tras la Guerra Civil por los intelectuales galleguistas Isaac Díaz Pardo y Luis Seoane, ha tocado fondo. Este jueves solicitó su entrada en concurso de acreedores con un pasivo que sobrepasa los cinco millones de euros. Entre sus acreedores se encuentran las entidades financieras Novagalicia, BBVA y Caixabank, así como Hacienda, la Xunta de Galicia y parte de la propia plantilla.

A finales del año pasado, entrado ya en preconcurso, el grupo de cerámica puso en marcha una serie de medidas de reestructuración con el objetivo de retomar la senda de la viabilidad. Amparado en ellas, aplicó un expediente de regulación de empleo (ERE) que dejó en la calle a 70 de sus 170 empleados, entre las fábricas de Cervo, en Lugo, y de O Castro, en Sada. No obstante, la compañía no ha podido hacer frente a las indemnizaciones por despidos de estos trabajadores y, además, adeuda dos pagas extras a la totalidad de la plantilla.

Números rojos en las dos plantas gallegas

De forma oficial, desde Sargadelos rechazan decir a cuánto asciende el pasivo concursal, si bien diversas fuentes indican que sobrepasa los cinco millones. El último año que Sargadelos presentó cuentas, en 2012, tanto la factoría de Cervo como la de O Castro sumaban números rojos por valor de 270.000 euros. Una cantidad que no es abultada, pero que no los ha librado del concurso debido a los bajos ingresos de ambas sociedades.

A finales de ese ejercicio, Fábrica de Cerámica de Sargadelos SL y Cerámicas do Castro SL sumaban una deuda a largo y corto plazo de 5.026.935 euros. De ellos, unos 2,3 millones de euros se correspondían con deuda financiera.

La banca ya dio una carencia de un año

Según la memoria de cuentas de las entidades que conforman el grupo Sargadelos, en febrero de 2013, el grupo consiguió “una carencia de un año del préstamo de refinanciación con BBVA, NCG y Caixabank”. Es decir, tenían un año para hacer frente al pago de la cuota de los créditos. Un período que expira precisamente, cuando se convoca el concurso de acreedores.

Y es que Sargadelos ha tenido que hacer frente en los últimos meses a muchas de sus deudas. No sólo este febrero finalizaba el período de carencia dado por la banca acreedora, también tenía que encarar la devolución de parte del crédito que le facilitó la Xunta en 2011 a través de Xesgalicia. El fondo Adiante 2000 concedió hace tres años al grupo cerámico un crédito participativo con garantía hipotecaria de 950.000 euros. Con una duración de siete años, el período de carencia acabó en junio del año pasado. Además, la Administración otorgó a la compañía otro préstamo a fondo perdido de 400.000 euros.

Negociaciones avanzadas con Xunta y banca

No obstante, desde Sargadelos apuntan como causa de su entrada en concurso a que no han podido hacer frente a los pagos derivados del ERE que aplicaron y que afectó a 70 personas. “Trataremos de privilegiar a los trabajadores que han salido, es nuestra principal preocupación”, indican a Economía Digital fuentes del grupo empresarial.

Desde Sargadelos insisten en que las conversaciones tanto con la Xunta como con la banca acreedora están ya muy avanzadas. “Las negociaciones han sido continuas», aunque no se ha puesto sobre la mesa todavía una nueva inyección de capital en forma de préstamo, «sería una de las posibles soluciones”, exponen.

“La relación con Xesgalicia es muy buena. Se les ha comunicado cada paso emprendido por la empresa y también el plan de viabilidad. Están absolutamente convencidos de que lo sacaremos adelante”, indican.

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