El fuego calcina Fandicosta, la empresa que dijo ‘no’ a Pescanova

Las llamas dejan inservible una de las mayores plantas de procesado de pescado de Galicia; el presidente de la compañía, que factura más de 100 millones al año, califica el incendio de "desastre"

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Las llamas calcinaron una de las naves que Fandicosta despliega en Domaio, en el Concello de Moaña, sede central del grupo. El fuego se generó sobre las 18 horas, según las primeras hipótesis a causa de la chispa de un motor de la sala de elaborados, que acabó por generar un espectacular incendio que cubrió de humo negro la ría y cortó el tráfico en el Puente de Rande y en la carretera PO-551, que une Cangas con Moaña.

Fandicosta perdía una de las mayores plantas de procesado de pescado congelado de Galicia, mientras esperaba que las llamas no afectasen al resto de las instalaciones ni a los 300 empleos que generan. La nube tóxica, por la combustión de aislantes y productos químicos, obligó a los vecinos a aislarse en sus casas. El dispositivo de emergencias controló el fuego horas después, impidiendo que alcanzase los tanques de amoníaco situados en la zona que podrían haber provocado explosiones. 

La conselleira de Mar, Rosa Quintana, y el presidente de la Xunta, Núñez Feijóo, se desplazaron a la zona donde el presidente de Fandicosta, Ángel Martínez, repetía al ver su empresas devorada por las llamas: «Esto es un desastre. Un desastre». 

Un piloto para Pescanova

Fandicosta no es una empresa menor. Al contrario, está entre las más destacadas del sector, con una facturación que alcanzó en 2014 los 110 millones de euros, un 20% más. Cerró el ejercicio con un patrimonio de 12,9 millones, un resultado de explotación positivo de 1,9 millones y, según informa en su página web, tras comercializar 30 millones de kilos de pescado. Opera con las marcas Maremundi, Cuidate y Natural Sea.

La buena marcha de la compañía de congelados, con un crecimiento continuado durante los años de la crisis, la convirtió en una candidata natural para tomar las riendas de Pescanova cuando la banca seguía debatiendo sobre la necesidad de contar con un socio industrial. Ángel Martínez, según fuentes financieras, descartó esta posibilidad debido a la diferencia de tamaño entre ambas empresas.

Estructura empresarial

Martínez gestiona su patrimonio a través de varias sociedades cartera, dos de ellas de carácter familiar, con su esposa como administradora: Tebra SL, con 3,4 millones de capital; y Serventia Inversiones, con 2,4 millones y controlada por la primera.

A su vez, Tebra tiene como socio único a una sociedad de nuevo cuño, Inversiones AMV 1904. Creada en diciembre del año pasado con un capital de 17,4 millones, Ángel Martínez Varela es el administrador único.

Tras Freiremar

Los daños para la compañía son cuantiosos, ya que la nave quedó destruida. El proceso de reconstrucción implicará la paralización de actividad y el consiguiente recorte de producción en los productos precocinados, refrigerados y ultracongelados que distribuye, siendo algunos de los más característicos la merluza, la pota o el pez espada.

La destrucción de la planta llega nueve meses después del incendio en la nave de Freiremar, en la avenida de Beiramar de Vigo, que provocó el derrumbe del edificio.

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