El dueño de Povisa se enzarza ante el juez por los impuestos de sus navieras

Elcano, propiedad de José Silveira Cañizares, llega a la Audiencia Nacional por las liquidaciones de tres millones en el Impuesto de Sociedades

José Silveira Cañizares, propietario de la naviera Elcano y antiguo dueño de Povisa

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No se puede decir que José Silveira Cañizares, el dueño de Povisa, no sea perseverante y obstinado cuando cree tener la razón. Actualmente embarcado en un conflicto con la Xunta por el concierto de Povisa, en un preconcurso de acreedores del que se desconoce exactamente el pasivo que presenta, el empresario extremeño afincado en Vigo tiene otros muchos frentes abiertos. Y también acaban ante el juez, aunque no sea de lo Mercantil, caso del hospital privado vigués. Es lo que sucede con sus navieras.

Elcano, el buque insignia de José Silveira, también propietario de Remolcanosa, ha llevado casi a sus últimas consecuencias un conflicto con Hacienda a cuenta del pago de impuestos. Y es que la naviera recurrió ante la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional una resolución del Tribunal Económico Administrativo Central, dependiente de Hacienda, relativa a varias anualidades del pago del Impuesto de Sociedades, por las liquidaciones practicadas por los inspectores de Hacienda a Elcano.

Tres millones en juego

La sentencia de la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional llegó este verano a manos de los abogados del empresario, y admite en parte sus tesis. Había sido interpuesta en 2016. El epicentro del conflicto era el Impuesto de Sociedades, que grava los beneficios de la naviera, de los ejercicios comprendidos entre 2007 y 2009, así como la liquidación practicada en 2012.

En juego, según la sentencia a la que ha tenido acceso Economía Digital, estaban más de tres millones de euros, que eran las diferencias que había detectado la inspección de Hacienda en las actas levantadas contra Elcano. Silveira llegó a la vía contenciosa después de agotar la administrativa con sus reclamaciones previas.

El eje de las discrepancias del grupo de José Silveira con el fisco tiene mucho que ver con los esquemas de desgravaciones y avales establecidos para la financiación de parte de su flota de barcos. Y la estructura internacional del grupo también estaba en el ojo de la inspección de Hacienda. En concreto, las filiales domiciliadas en el semiparaíso fiscal de Madeira y en Brasil. Y dos eran las sociedades implicadas, al margen de Elcano. Se trataba de Lauria Shipping SA, domiciliada en Madeira, y la Empresa de Navegaçao Elcano, con base en Brasil.

Las filiales en Madeira y Brasil

A los inspectores del departamento de Grandes Contribuyentes no le salían los números de las bases imponibles derivadas de la modalidad de arrendamiento de buque a casco desnudo que Elcano hacía a Lauria Shipping, la arrendadora portuguesa del grupo. El mismo buque que Elcano tenía como arrendatario era arrendado por ésta a Elcano Brasil.

La operativa consistía en que Elcano actuaba como arrendatario frente a la sociedad portuguesa y como arrendador frente a la brasileña, siendo ambas no residentes pertenecientes al grupo mercantil del que la española era la sociedad dominante. Finalmente, la sala acuerda admitir parte de las tesis de Elcano, dando la razón a Hacienda en otros puntos de las actas de inspección recurridas. Las costas las asumen ambas partes.

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