El dueño de Fontecelta desembarca en el negocio de las gasolineras

Horacio Gómez, expresidente del Celta, registra una nueva empresa para construir y explotar su primera estación de servicio en una zona industrial próxima a Portugal

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El propietario de Fontecelta, la embotelladora con sede en Lugo, ha decidido apostar por el sector de los carburantes construyendo desde cero su primera estación de servicio en una zona próxima a la frontera con Portugal, según pudo saber este medio de fuentes del sector. La inversión en la nueva instalación, que es sólo el arranque de su interés en este negocio pues es la primera piedra de una minirred de surtidores que prevé instalar en la comunidad gallega, se acerca al millón de euros. Su localización es estratégica, ya que se ubica en una zona industrial con tráfico intensivo de vehículos industriales y en una zona geográfica interior a medio camino entre Vigo y la frontera lusa.

La familia Gómez, propietaria del afamado manantial lucense y de numerosas bodegas de vino localizadas en diferentes zonas vitivinícolas de Galicia, irrumpirá en breve en el negocio de las gasolineras. Para ello han registrado una nueva compañía, que servirá de base de operaciones para la construcción y explotación de la nueva estación de suministros. La firma Área de Servicio Peinador, S.L. fue constituida el pasado 4 de diciembre, según consta en el Borme. La administración de la sociedad figura a nombre de Iván Gómez, hijo mayor del empresario tomiñés Horacio Gómez, expresidente del Celta durante gran parte de la década pasada.

Una docena de empresas

En este momento, las máquinas excavadoras y los camiones están haciendo el trabajo de urbanización de la parcela en la que se asentará en pocos meses la nueva gasolinera del imperio Gómez. La familia que comanda Horacio Gómez posee en este momento cerca de una docena larga de empresas de muy variados ramos. Principalmente, su negocio se centra en las bodegas y en la distribución de bebidas, con marcas como Disgobe, Distribuidora de Bebidas de Pontevedra, Adegas Tollodouro, Bodegas Pazo de Villarei, Regina Viarium y Bodegas Altos de Torona, así como inmobiliarias y una sociedad de inversión. El grupo Gómez factura en torno a 50 millones de euros anuales.

Lejos, muy lejos, quedan los años en los que Horacio Gómez alquilaba el negocio de una conocida cafetería de Vigo. Desde la hostelería, gracias a sus contactos, dio el salto a las subastas de propiedades de organismos públicos. Mantuvo buenas relaciones con el poder político y financiero de los años 90, lo que combinó de forma efectista con su proyección pública como presidente del Celta, que en esa época jugaba en competiciones europeas. Esta popularidad fue coronada en el año 1999 cuando se presentó como número 2 dentro de las listas municipales del PP de Vigo. La candidatura de Gómez se llevó un revés histórico. En el plano financiero, por su parte, se codeó con la antigua élite de Caixanova, llegando a compartir la explotación de una bodega de vinos con la antigua caja de ahorros del sur.

Segundo plano

Sin embargo, últimamente el jefe de la familia de empresarios ha abandonado su estilo de antaño y se ha ido situando de forma silenciosa en un segundo plano en la gestión del grupo familiar, lejos de la primera línea de los apretones de manos con políticos y empresarios de turno. Aportando su experiencia y sus contactos, Horacio Gómez ha cedido el testigo empresarial a sus dos hijos. El mayor, economista, se ha convertido en su mano derecha, mientras el jefe del clan se dedica a realizar negocios con el exterior, fundamentalmente abriendo mercados para sus producciones de vino.

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