El Dépor salvará sus cuentas pese al descalabro en Segunda

El club prevé haber doblado sus beneficios en Segunda División y cuenta con el periodo de carencia como gran aliado para hacer frente a su deuda con Abanca

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El mal arranque de temporada, con solo una victoria en 12 jornadas, hace que el tren del ascenso a Primera División se aleje para un Deportivo de La Coruña que se sitúa en el último puesto de la tabla. Al contrario, la amenaza de un nuevo descenso preocupa y mucho a entidad deportiva y afición. No obstante, distintas fuentes consultadas indican que, a pesar del descalabro en la clasificación, el club puede mantenerse a flote económicamente. Y es que mientras se mantenga en Segunda División la banca acreedora mantendrá una carencia sobre la deuda millonaria que mantiene con la entidad.

    El conjunto blanquiazul, ahora presidido por Paco Zas, aún no ha presentado su presupuesto para el próximo año. Sin embargo, en la temporada 2018-2019 ya tuvo que enfrentarse a los rigores de mantenerse en la Segunda División. El presupuesto del club herculino bajó de los 61,7 a los 35,6 millones de euros. Bajaron los ingresos por ventas de entradas, artículos del club y, sobre todo, los derechos televisivos pero, el seguro por descenso con el que cuentan todos los equipos de la Liga de Fútbol Profesional permitió amortiguar el golpe a sus cuentas.

    Ahora, a partir de su segundo año consecutivo en la categoría de plata, el Deportivo se queda sin esta inyección de 14,1 millones de euros que, sin embargo, no compromete la viabilidad económica del club.

    La deuda con Abanca

    El grueso de la deuda del club está copada casi en exclusiva por Abanca. El Deportivo tiene que hacer frente a un préstamo bilateral, a un préstamo sindicado y a un préstamo para la refinanciaciación de la deuda que el club arrastraba con la Agencia Tributaria y que le permitió abonar toda la deuda privilegiada que mantenía con Hacienda. Este último es el de mayor cuantía (45 millones de euros), aunque gracias al acuerdo alcanzado con Abanca, que llevaba aprejado un nuevo nombre para el estadio blanquiazul, ahora denominado Abanca-Riazor, su vencimiento se alargó hasta el año 2032.

    Este movimiento permitió dar un tiempo extra al conjunto herculino a la hora de amortizar una deuda cercana a los 80 millones de euros y, además, limitar el importe de las cantidades anuales que se debían abonar para cancelar estos créditos.

    ¿Carencia indefinida?

    Las propias cuentas del club de la temporada 2017-18 (la del último descenso de Primera División) marcan el calendario a seguir en el pago de la todavía abultada deuda. Cada año deben salir unos tres millones de euros para saldar los pasivos contraídos con Abanca y otros 1,3 millones para el pago de las deudas heredadas del concurso. Unas cantidades que en el presupuesto de la temporada 2018-19, ya en Segunda División, se reducían hasta los 2 millones y los 0,6 millones de euros anuales, respectivamente, pero que el presidente del club, Paco Zas, cifró en cuatro millones de euros de cara a esta temporada en una rueda de prensa celebrada en septiembre.

    Sin embargo, en la letra pequeña del acuerdo suscrito con Abanca se establece una tregua. Son los dos años de carencia sobre la deuda, que el propio presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, confirmó en verano de 2017 que se le concederían al club en el caso de un hipotético descenso a la categoría de plata, un condicionante que permite mitigar las cargas financieras para el club.

    Si bien de forma oficial ninguna de las partes interesadas se manifiesta en cuanto a las negociaciones alcanzadas, distintas fuentes aseguran que hay entendimiento entre ambas entidades para renovar este acuerdo y ampliar el periodo de carencia mientras la entidad deportiva continúe en Segunda División, lo que da oxígeno al conjunto blanquiazul.

    Dobla beneficios en Segunda

    Pero, ¿y si la entidad volviese a caer de categoría? Paco Zas aseguró el mes pasado que el Deportivo sería “perfectamente viable” en el improbable caso de un descenso a Segunda B. Según apuntan esas mismas fuentes, sería necesario una renegociación de la deuda y un nuevo ajuste a su estructura de gastos para poder mantener su pulmón financiero si bien aseguran que la situación del Deportivo es excepcionalmente sana económicamente para tratarse de una entidad que ha salido recientemente de concurso de acreedores.

    De hecho, el próximo mes de diciembre se conocerán los resultados económicos del Deportivo de la temporada 2018-19, en los que el propio club preveía duplicar los beneficios respecto a los alcanzados en Primera División. De los 2,4 millones de euros cosechados en la campaña 2017-18, la entidad por aquel entonces presidida por Tino Fernández preveía elevar esta cifra hasta los 5,76 millones de euro en el año de su regreso a la categoría de plata.

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