El coste del «caso Villarejo» para BBVA

La imputación de BBVA arrastrará la destitución de directivos próximos al área de gobierno corporativo, que actuarán de “fusibles” para evitar males mayores

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El paréntesis vacacional del mes de agosto puede llevar algo más de tranquilidad a BBVA y su equipo directivo, que en los últimos días han vivido sobresaltados por las noticias que se sucedían en sede judicial y en el mercado de valores. Si no se descubre nada nuevo, la instrucción del «caso Villarejo» seguirá su curso normal en el mes de septiembre. Agosto queda a efectos judiciales habilitado únicamente para los casos de excepcional urgencia.

Con los datos que se han filtrado convenientemente a la opinión pública, el mercado está convencido de que, al al final, la imputación formal de BBVA como persona jurídica acabará derivando en una multa millonaria, que no debería hacer tambalear las cuentas del segundo grupo bancario español.

Los daños colaterales se salvarán con la destitución de algunos directivos de la entidad, aquellos más próximos al área de gobierno corporativo, como ya ocurrió el pasado martes, con la salida de Eduardo Arbizu, responsable de Control Interno. Ha sido la primera “víctima”, pero habrá más “fusibles”, como se denominan en la jerga judicial a los directivos que cargan con las responsabilidades de la que se escapan sus superiores.

BBVA: los inversores no se asustan por el «caso Villarejo»

Los inversores no han huido con el caso Villarejo, porque están convencidos de “que los más perjudicados por las investigaciones terminarán siendo directivos, que, en muchos casos ya no se encuentran dentro de la entidad”, señala Victoria Torre, responsable de Desarrollo de Contenidos Productos y Servicios de Self Bank, a Economía Digital.

“La reciente imputación del banco como persona jurídica no debería cambiar demasiado la película para los inversores, que han descontado que la posible multa no afectaría al desarrollo de negocio de BBVA”. Además, ha salido a la luz que el banco contrató una póliza de responsabilidad civil para los consejeros, por lo que los gastos de defensa correrían a cuenta de las aseguradoras y no por parte del banco.

La agencia de calificación de solvencia Moody’s está convencida de que, a la larga, el caso podría afectar a la solvencia el banco, por la exposición a posibles acciones regulatorias. En un informe publicado el jueves, la agencia comentaba que “la calidad de la gobernanza es importante para un banco”.

El Banco Central Europeo guarda, de momento, un discreto silencio en su tránsito hacia un cambio de presidente. Se ha conformado con la salida de Francisco González de la presidencia de honor del banco antes de la celebración de la junta de accionistas y no moverá ficha hasta que se conozca la sentencia o el caso “explote” por algún sitio.

Tiene atribuciones para todo, pero sería exagerado ir más allá de ser un espectador interesado y vigilante. La imputación, según la ley, podría llegar a suponer la disolución de la entidad, “pero es un escenario que se ve muy lejano, al tratarse de un banco sistémico”, cree Torre.

El mercado deja en una multa millonaria el coste para BBVA

La publicación de los resultados el pasado miércoles ha sido como un bálsamo para el banco. Había cierto temor en los organismo reguladores, los supervisores y los inversores a que la concentración de esfuerzos en mitigar el posible riesgo reputacional derivado del “caso Villarejo” hubiera distraído el seguimiento del objeto social del banco.

Pero no parece que haya sido así. BBVA ha finalizado la primera mitad del año con un beneficio atribuido de 2.442 millones de euros, que si bien es inferior al del mismo periodo del año anterior, no reflejan debilidades aparentes. Y si se mira el comportamiento del segundo trimestre estanco se aprecia un crecimiento. La entidad ha destacado su capacidad para conseguir incrementar sus ingresos, incluso en un escenario adverso como el actual, en el que se ha tenido que enfrentar a mayores provisiones en EE UU (impagos en el negocio de consumo) y Turquía.

Ignacio Serrats, analista de XTB, asegura que “a nivel del mercado no se está notando el caso Villarejo. “Los fondos de inversión no saben quién es el señor Villarejo”, sentencia. Es de la opinión de que el “caso” tiene más trascendencia para los medios informativos que para los mercados y de que todo acabará “con una multa millonaria”, que tendría “que ser asombrosa para tirar las cuentas del banco”. No por eso deja de restar valor a la imputación del banco como persona jurídica. “Es importante desde el punto de vista reputacional, pero nada más”. 

Y es que el mercado “está más atento a ver de dónde viene la rentabilidad de la entidad”. El tema, concluye, “no es tan grande y relevante para el mercado”, a pesar de que una imputación a altos cargos por soborno suene mucho más fuerte que la inmoralidad de vender participaciones preferentes a clientes sin la más mínima información financiera, como hicieron numerosas cajas de ahorros durante años.

Victoria Torre tiene una opinión muy parecida: “El mercado ha pasado por alto el verdadero riesgo reputacional que supondría un juicio largo y hacer pública información sensible sobre la forma de trabajar de los directivos de BBVA.

Es cierto que, desde que el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón acordó la imputación de la entidad el pasado lunes, las acciones de BBVA han cedido alrededor de un 7%, llegando incluso a perder el soporte de los 5 euros. Pero no es achacable al caso Villarejo en su totalidad.

Los títulos del Santander, el banco más parecido en diversificación geográfica al que preside Carlos Torres, se han dejado un 6,8%. Como dice Torre, “no parece que, por el momento, los inversores estén dispuestos a darle una oportunidad al sector bancario, y menos tras las últimas actuaciones de los bancos centrales”.

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