El ‘chollo’ de Audasa: o Fomento paga o sube los peajes

La concesionaria recibe a cambio de financiar obras en la AP-9 blindajes del Ministerio que contemplan subidas extraordinarias de tarifas, pero también compensaciones millonarias a cambio de reducciones de precios

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Las obras que ejecuta Audasa en Galicia, más allá del mantenimiento ordinario de la AP-9, las financia la propia concesionaria, pero están acompañadas de importantes blindajes de Fomento. La subida de peaje pactada en el convenio para ampliar la coruñesa Alfonso Molina y construir el Vial 18, no es una contrapartida extraña para la empresa, sino que forma parte de un acuerdo marco que se replica en las distintas actuaciones que acomete en la AP-9, como la ampliación de Rande o la circunvalación de Santiago, con un coste estimado de 300 millones de euros.

En base al Real Decreto aprobado en noviembre de 2011, el mismo que se aplica en A Coruña, se establece el mecanismo compensatorio de «un incremento extraordinario de tarifas en los recorridos con pago directo por los usuarios de la autopista AP-9, en todos sus tramos, del 1% anual acumulativo durante veinte años, de aplicación a partir del 1 de enero del año siguiente a aquel en que finalicen las obras».

Descuentos en tramos

Esta fórmula de compensación, que supone traspasar costes a los usuarios en Galicia de una vía de titularidad estatal, ni es única ni se utiliza solamente para recompensar a Audasa por financiar obras y, en consecuencia, contraer deuda. La rebaja de peajes a los coches ligeros con dispositivo de telepeaje en diversos tramos entre Vigo y Pontevedra prevé el mismo mecanismo compensatorio.

Pera restituir a la concesionaria de los menores ingresos, Audasa anota la cuantía que ha dejado de percibir y Fomento se compromete a que ese importe «será objeto de reequilibrio económico-financiero mediante incrementos futuros en las tarifas», como certifica la empresa en su memoria anual.

Pagos directos

La última rebaja en el tramo Puxeiros-O Porriño para el tráfico pesado también contó con un paracaídas para la concesionaria, aunque de distinto tipo. La cláusula tercera del convenio, publicado en el BOE,  establece que «en el caso de que la aplicación de la medida suponga una pérdida de ingresos para la sociedad concesionaria, la Administración General del Estado aportará la cantidad necesaria para recuperar dicha disminución, mediante un único abono a Audasa, a sesenta días vista de la presentación de la memoria justificativa correspondiente al último mes de vigencia del convenio».

Es decir, si el presumible aumento del tráfico no cubre los ingresos habituales de la empresa tras la rebaja de peajes, Fomento pone el resto. Es este un mecanismo habitual que emplea el Ministerio para contener las subidas de tarifa y compensar los gastos de mantenimiento y obras de las concesionarias.

Flujo constante de ingresos

Por las distintas vías, Audasa percibió casi 100 millones de las arcas públicas entre 2008 y 2013. La compensación en forma de peajes en sombra le aportó en cinco años 54 millones, con una media aproximada de 9 millones al año que abonan entre el Gobierno gallego y el Ejecutivo central. A esta partida hay que sumar otra de Fomento que tiene como objetivo reequilibrar la merma de ingresos de la concesionaria por una rebaja de tarifas del 7% aplicada en el año 2.000. El departamento que dirige Ana Pastor desembolsó para este concepto 43,8 millones entre 2008 y 2012. El recorte de precios fue suprimido en 2012, con el consiguiente encarecimiento de los peajes al año siguiente.

La concesionaria ingresó en esta etapa otros 5,2 millones por el cobro de intereses a la Administración pública. De esta cuantía, la Xunta desembolsó 1,4 millones y Fomento 3,8.

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