El ‘banco malo’ de Pescanova entra en concurso

La filial Novapesca Trading, una de las más complejas desde la que se financiaba a otras participadas, afronta suspensión de pagos dentro del proceso marcado en el convenio de acreedores de la multinacional

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Pescanova sigue adelante con la hoja de ruta marcada en el convenio de acreedores y que pasa por aplicar concursos exprés a sus filiales con el objetivo de sanearlas. Según la compañía indicó a la CNMV, ahora le toca el turno a Novapesca Trading. Es de las últimas compañías dependientes de la multinacional que entran en suspensión de pagos, después de que Fricatamar, Frinova, Insuiña, Pescafina Bacalao y Pescafresca lo hiciesen el pasado septiembre. Su complejidad eso sí, es mucho mayor, ya que en los tiempos de Fernández de Sousa funcionaba como una suerte de banco malo del grupo pesquero.

De hecho Novapesca Trading fue una de las sociedades cuya actividad destapó toda la operativa contable que llevaban a cabo los anteriores gestores de la compañía y que podría haber influido de forma decisiva en la quiebra de la multinacional, como ahora se investiga en los propios juzgados.

Caja para financiar participadas

A través de Novapesca pivotaba toda la estructura exterior del grupo pesquero. Quienes conocían el funcionamiento de la compañía aseguraban que realizaba las labores de banco malo.

Sobre ella se articulaba una red de transacciones y endeudamiento entre filiales que se repartía por todo el globo: desde Namibia a Nicaragua, pasando por Japón, Chile, Sudáfrica e Irlanda.

Su operativa era la de una sociedad instrumental, que operaba como caja a la que recurrir para financiar participadas, uno de los principales problemas que derivaron en los desfases contables de Pescanova.

Sin ventas ni auditada

En 2011, Novapesca Trading declaró una deuda de 585,4 millones de euros con el grupo y de otros 220,8 millones con acreedores comerciales. Su facturación fue de cerca de un millón de euros, aunque sólo 16.700 euros se correspondían con ventas, el resto era prestación de servicios. Sus cuentas, además, no estaban auditadas.

Cuando las filiales de Pescanova estén saneadas (ya hay diez en concurso) se procederá a la creación de la Nueva Pescanova, una sociedad que surgirá tras la reestructuración de la compañía marcada en el convenio y en la que se segregarán los activos y pasivos de la actual empresa. Su presidente será el banquero Jacobo González Robatto.

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