Daurella, dueña de Begano, lega 2 millones en acciones del Santander a su hija de 7 años 

Tras ser nombrada hace un año consejera de la entidad financiera, la presidenta de Coca-Cola Iberian Partners ha transmitido 410.000 títulos a la hija fruto de su matrimonio con Carles Vilarrubí

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Los 2.000 millones de euros de aumento patrimonial le han servido a Sol Daurella, la presidenta de Coca-Cola Iberian Partners para situarse, con 3.700 millones, en el sexto lugar entre los más ricos de España, según la actualización que acaba de hacer la edición española de la revista Forbes.

A las participaciones en diversas sociedades a través de Begindau –la empresa que tiene como socio único a Indau, con sede fiscal en Luxemburgo–, y de activos en renta fija y en renta variable, Daurella ha unido en 2015 las acciones que le corresponden por su nombramiento, hace un año, como consejera del Banco Santander.

Daurella solo retiene 940 títulos

Cerca de 410.000 títulos, valorados hoy en más de 2 millones de euros, que Daurella ha decidido legar a Sol Vilarrubí, la hija de 7 años fruto de su matrimonio con Carles Vilarrubí, empresario y vicepresidente del Barça. La presidenta de Coca-Cola solo tiene a su nombre 940 acciones del Santander. «Lo único que busco es preservar mi patrimonio, porque es un legado que transmitiré a mis hijos. Nunca lo he puesto en riesgo», declaraba en una de sus escasas entrevistas.

Cuatro apuntes en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sirven para comprobar cómo la hija menor de Sol Daurella –tiene otro hijo, José Albiol, de su primer matrimonio– recibió los primeros 270.370 títulos del Santander que le correspondieron a su madre tras ser nombrada consejera de la entidad presidida por su amiga Ana Patricia Botín.

Posteriormente, en abril de 2015, también legó Daurella a su hija 5.877 acciones del Santander que le fueron otorgadas como asignación gratuita tras una ampliación de capital.

Acciones de difícil transmisión siendo menor

En la información que ofrece el Santander sobre la transmisión de acciones a menores, el banco señala que no hay ninguna razón por la que un menor no pueda poseer acciones y recibir dividendos, aunque, añade, que es posible que le resulte más difícil transmitir acciones mientras tenga menos de 18 años.

No obstante, deberá encontrar un agente bursátil que esté dispuesto a vender en su nombre. Si un niño puede firmar en su propio nombre, se le considera apto para participar. Además, añade que un padre no puede firmar en nombre de su hijo para ordenar una venta si no ha sido designado como administrador por un tribunal. No será suficiente con que aporten una carta.

Compra ex profeso

Pero más allá de estas transmisiones sobrevenidas por su condición de consejera, Daurella decidió realizar, en julio, una adquisición ex profeso de acciones con el único fin de transmitirlas a su hija. Un total de 132.309 títulos legados, de los que 105.847 lo fueron en plena propiedad y 26.462 a través de nuda propiedad.

Con la decisión de transmitir todas las acciones del Santander a su hija, Daurella rompe con la estrategia que, hasta ahora, venía manteniendo con sus inversiones en renta variable, de derivarlas hacia la sicav familiar Surfup.

Casi 10 millones en la sicav Surfup

Al cierre del tercer trimestre, los títulos de Daurella en el Banco Sabadell, Ebro Foods y Acciona –las tres sociedades a las que renunció como consejera para aceptar la invitación del Santander– y en Repsol, estaban valorados en casi 2,5 millones de euros. Renta variable que se une con la inversión de la sicav en obligaciones del Estado, con vencimiento en noviembre de 2024, valoradas en casi 5,9 millones de euros.

La sicav Surfup, en un porcentaje del 74%, forma parte del entramado societario que cuelga de Begindau, la patrimonial de Sol Daurella. Administrada de manera mancomunada por José María Conangla y Francisco Javier Martínez, esta sociedad cerró el ejercicio 2014 con un patrimonio neto de casi 190 millones de euros y un pasivo mínimo de apenas 420.360 euros.

No obstante, en 2014 la disminución de dividendos percibidos de las sociedades participadas –que representan el 98,7% del importe neto de la cifra de negocios– provocó una caída del 61% en la facturación de Begindau, de casi 29 millones en 2013 a poco más de 11 en 2014. Y en esa misma línea cayó el beneficio, de casi 30 millones a algo más de 12.

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