La ruina de Xestur: pagará deudas hasta 2027

Xestur perdió diez millones de euros en 2016, más de lo que ingresó por venta de parcelas

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Ni a los directivos de Xestur le salen los números ni sus auditores las tienen todas consigo con respecto a la viabilidad de la empresa pública. Lo cierto es que a la Sociedade de Xestión do Solo de Galicia, comúnmente conocida como Xestur, no le compensa vender parcelas. Al menos, desde el punto de vista financiero. Y más si se tienen en cuenta los precios de mercado, con rebajas y bonificaciones de hasta el 50% en algunos casos. Sobre este escenario, Xestur registró un total de 10,2 millones de euros de pérdidas el año pasado, cifra que supera los 9,8 millones que ingresó por ventas y servicios.

La sociedad controlada por el Instituto Galego de Vivenda e Solo, de la que también son accionistas, aunque minoritarios, las diputaciones provinciales, recortó sus números rojos el año pasado, ya que en 2015 las pérdidas netas se habían ido hasta los 16 millones. Sin embargo, su cuenta de resultados, depositada en el Registro Mercantil, arroja una drástica caída de ingresos por ventas, al margen de la prestación de servicios. La compañía ingresó por este concepto algo más de 9,4 millones el año pasado, frente a los 15,8 millones de 2015.

Vender a pérdidas

Los gestores tienen la explicación: «Las ventas bonificadas han generado una reactivación de la actividad económica y empleo, con la implantación de numerosas empresas demandantes de suelo y una importante inyección de tesorería para Xestur», dicen en el informe de gestión, «pero también generan pérdidas, al vender, en muchos casos, las parcelas por debajo del coste, con bonificaciones al 50%».

 «Ello lleva al riesgo, para las cuentas de Xestur, de que se vea obligada a asumir unos precios de mercado fijados, no precisamente por el mercado, sino por la realidad de las ventas de los últimos años, y ello sin tener en cuenta la crisis, la debilidad del crédito bancario, las medidas comerciales de incentivo temporal o las medidas de fijación de un precio público que responde a intereses generales». Rotunda explicación.

Pero los resultados no son el único quebradero de cabeza para la compañía. La política de endeudamiento, que ha sido sustancialmente modificada tras la reestructuración de sus deudas, es un asunto capital para los auditores, que señalan el 2027 como el año en que Xestur acabará de pagar sus compromisos bancarios actuales.  

Reestructuración de la deuda

La reestructuración financiera llevada a cabo en 2013, mediante la firma de un préstamo sindicado hasta el año 2021 de 180,8 millones entre las cuatro Xestures y todas las entidades financieras con las que las Xestures provinciales tenían firmadas pólizas de crédito a corto plazo, continuó en 2015.

Sin embargo, el préstamo inicial, que estaba garantizado mediante retenciones de crédito en los presupuestos del Instituto Galego de Vivenda e Solo hasta la total devolución en mayo 2021, pasó a ser asumido, a 30 de noviembre de 2015, únicamente por Abanca. El importe, según señala la compañía, unos 135,6 millones de euros, «rebajando de un modo muy importante los intereses a pagar y alargando hasta 2027 las anualidades de amortización, con lo que se genera un ahorro en la vida total del préstamo de 14 millones de euros». Menos costes financieros, sí, pero más vida para la deuda, ahora unificada en un solo préstamo.

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