El líder de la obra pública en Galicia, en pérdidas y sin patrimonio

Arias Infraestructuras perdió en 2017, meses antes de su venta a dos exdirectivos de Isolux, casi seis millones de euros y sus fondos propios son negativos

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Arias Infraestructuras no es lo que parece. El líder de la obra pública en Galicia durante 2017, la empresa que mayor volumen de obra se adjudicó por parte de las administraciones, atravesó una delicada situación meses antes de su venta a dos antiguos ejecutivos de Isolux Corsán. Arias Infraestructuras se encuentra en pérdidas, con un fondo de maniobra negativo y un patrimonio también negativo al cierre de 2017, solo compensado en parte por una inyección de créditos participativos del que era en ese momento su socio único, Ildefondo Rodríguez Iglesias.

La venta de Arias Infraestructuras a Mario Barcenilla y Antonio Aranzadi, firmada hace un mes, se produce tras un mal ejercicio para la compañía constructora, en cierta medida propiciado por los quebrantos que ha tenido que asumir por una obra en Bolivia, relacionada con una infraestructura pública y que está a punto de finalizar. De todo ello dan cuenta los administradores de Arias Infraestructuras en las cuentas y la memoria de 2017 que acaban de presentar en el Registro Mercantil de A Coruña.

Préstamos de la matriz

La sociedad ha elaborado sus estados financieros bajo el principio de empresa en funcionamiento, señalan sus administradores. Y todo ello pese a que a 31 de diciembre de 2017 la sociedad presentaba un fondo de maniobra negativo de 4,1 millones de euros y un patrimonio neto negativo de 503.000 euros, «teniendo en cuenta el importe de los préstamos participativos» concedidos por su matriz, el grupo Abreirar, explican. Sin esos préstamos, el patrimonio neto negativo ascendería a 3,5 millones de euros.

Los administradores de Arias no ocultan que todo esto viene provocado principalmente por el resultado (pérdidas) contabilizado en el propio ejercicio de 2017. Los números rojos del ejercicio fueron de 5,5 millones el año pasado, frente a un resultado negativo de apenas 17.000 euros en 2016. Las pérdidas generadas por la obra en Bolivia explican parte de los malos resultados.

El problema de Bolivia

El resultado de explotación conjunto entre Arias en Bolivia y España, junto con su parte proporcional a las uniones temporales de empresa en las que participa, arroja una pérdida de 5,9 millones en 2017, frente al beneficio de unos 881.000 euros de 2016

A lo largo de 2017 Arias Infraestructuras logró una cifra neta de negocios de 27,9 millones de euros, frente a los 48,3 millones del  2016 o los 27,1 millones registrados en el ejercicio 2015. Esta evolución, pese a la caída, sirve a los administradores para señalar que «los niveles de facturación la empresa se sitúan por tanto por encima de 2015».

Los nuevos administradores de Arias, los dos ex directivos de Isolux, ya han procedido a una reducción de capital de 1,7 millones, como adelantó Economía Digital. Los propios auditores de la compañía señalan, en referencia a la situación de Arias, «la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la sociedad para continuar como empresa en funcionamiento».

El enfrentamiento con los Arias

Los gestores de Arias antes de su venta también ofrecen la versión sobre guerra accionarial que existe en su seno. Y, en ese sentido, indican que ante el Juzgado de Instrucción número 5 de A Coruña se siguen diligencias previas en un procedimiento abreviado contra Arias Infraestructuras S.A. y otros sobre diversos delitos. La querella, por vía penal y adelantada por Economía Digital, ha sido impulsada por Antón Arias Díaz-Eimil, expresidente de la patronal gallega.

Y son explícitos en cuanto a las razones de la querella, según exponen en la memoria. Es decir, dan su versión:  «Lo que subyace en la pretensión de los querellantes (la familia Arias) es, principalmente, la disconformidad de los socios minoritarios con la valoración realizada por el experto independiente designado por el Registro Mercantil a raíz de ejercitar aquellos el derecho de separación reconocido a su favor en los estatutos sociales, que dio lugar a la posterior amortización de sus acciones», explican. No se estiman como elevadas las posibilidades de que prospere la pretensión de los querellantes, añaden los gestores de Arias.

La constructora fue el año pasado el mayor contratista de obra pública en Galicia, con un total de 14 obras por importe de 17,8 millones de euros. Arias fue el tercer mayor adjudicatario de obra de la Xunta, y el primero de todos los ayuntamientos gallegos.

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