Cuenta atrás de Audasa para pagar 12 millones en intereses

La concesionaria liquidará el próximo lunes las primeras obligaciones con las que financia la ampliación de la AP-9

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Final de la cuenta atrás para un proceso que comenzó en marzo pasado. Audasa tendrá que hacer frente este próximo lunes al pago de 12,8 millones de euros del primer lote de intereses, en contraprestación por las obligaciones de deuda emitidas para financiar la ampliación de la AP-9, cuyo proyecto de construcción está en su fase embrionaria. La concesionaria, englobada en el grupo Itínere (sus socios de referencia son Citi Infrastructure Investors, Sacyr, Abanca, Kutxabank y Liberbank), invertirá cerca de 400 millones de euros en la mejora de la autopista, de los que los primeros 50 estaban programados para su ejecución antes de concluir este mismo año, destinándose al proyecto de obra, los gastos generales y las expropiaciones.

Esta fase de liquidación de los intereses generados por los cupones es la primera de las siete comprometidas por la firma hasta 2020, año en el que también está prevista la devolución de la totalidad del importe de la emisión de la deuda corporativa correspondiente a esta emisión (400 millones). Cada bono, con un importe nominal de 500 euros, se paga con un 4,75% de interés anual. El devengo de 2014 es inferior sustancialmente al habitual, porque se trata de un cupón irregular. No cubre la totalidad de un año, sino sólo desde la emisión en marzo hasta el próximo lunes. Los sucesivos pagos de intereses serán ya ordinarios, con un importe global anual de 18,7 millones de euros.

Deuda viva

Los intereses totales que deberá afrontar Audasa por la actual emisión de deuda corporativa ascienden a lo largo del período 2014-2020 a un total de 112 millones de euros. La concesionaria captó en su lanzamiento de marzo un total de 400 millones de euros, de los que ya tuvo que destinar 134 millones en el mes de junio al pago de una deuda viva, correspondiente, a su vez, a la emisión anterior realizada en 2004. Es decir, que el proyecto financiero ya preveía canalizar unos 270 millones de euros de los 400 captados al pago de la obra nueva y las expropiaciones, y el resto a liquidar las obligaciones previas y vencidas.

El proyecto de mejora de la AP-9 en Rande (entre Vigo y Redondela), uno de los tramos de la autopista de peaje más utilizados con unos 14.000 vehículos diarios, se nuclea en torno a la construcción de dos nuevos carriles para el tráfico, uno para cada sentido, en el puente. Se completará, además, con obras de ampliación en sus accesos, y paralelamente con la modernización de parte del tramo norte-sur de la circunvalación de Santiago. La obra del puente de Rande en sí, a unos 50 metros de altura sobre la ría de Vigo, se considera un desafío arquitectónico, ya que supone adherir a los laterales exteriores del puente otros dos tableros suplementarios. Ambos tramos están pendientes de adjudicar a las empresas y grupos de empresas que concurrieron al concurso de construcción.

Garantía concesional

Audasa puede financiar esta colosal obra, la segunda mayor de todas cuantas ha acometido desde el inicio de la concesión en 1974, gracias, entre otros aspectos, a la garantía de solvencia que para los inversores supone el plazo de la concesión de la autopista hasta el año 2048. Según la legislación especial española sobre el patrimonio y los bienes públicos, 75 años es el más largo de los plazos posibles otorgados por la normativa vigente.

La oferta de deuda corporativa lanzada entre marzo y abril pasados apenas duró unos días en el mercado. Las órdenes de compra superaron con creces la emisión, llegando a suponer cerca de 582 millones de euros. Los inversores vieron en la deuda corporativa de la concesionaria de la AP-9 un negocio huérfano de problemas.

Emisión ventajosa

En primer lugar, el retorno de sus bonos será aceleradamente completado en 6 años, cuando lo habitual hasta la fecha era un período de 10; además, los tenedores de audasas recibirán un interés anual del 4,75%, una cifra muy superior a otros tipos de productos del mercado; como complemento para redondear el negocio, su posesión sólo supone costes impositivos moderados en la declaración de la renta. Finalmente, y por encima de todo, se garantiza con una concesión de obra pública que dispone aún por delante de 35 años más para retornar sus deudas.

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