La crisis de Barreras atrapa 200 millones de la banca

José García Costas, cesado como presidente del astillero, habría ofrecido su paquete accionarial al grupo turístico Ritz Carlton

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Sálvese quien pueda. La intención de los socios del astillero vigués Hijos de Barreras es que la empresa hotelera Ritz Carlton entre en el accionariado de la firma, de forma que se aleje la sombra de la suspensión de pagos y ellos puedan poner pies en polvorosa. Por lo menos esa sería la estrategia de dos de sus accionistas de referencia: la del empresario José García Costas, que este viernes fue cesado de su cargo como presidente del astillero junto con otros dos miembros de la cúpula directiva, y la de la naviera Albacora. Ambas partes guardan silencio, pero así lo aseguran distintas fuentes consultadas por este medio que indican que los sobrecostes y retrasos de la empresa naval con el primer crucero encargado por el grupo hotelero han derivado en una situación crítica. En el sector aseguran que el sobrecoste acumulado oscila entre los 50 y los 80 millones de euros.

La situación es comprometida tanto para el astillero y la industria auxiliar como para la banca, que mira con atención todas las maniobras que se suceden ya que la compañía tiene más de 200 millones en créditos y avales con un conjunto de entidades que, desde hace tiempo, solicitan una ampliación de capital para que la firma pueda hacer frente a sus deudas.

Voces conocedoras de la situación indican que tanto el hasta ahora presidente de Hijos de Barreras, José García Costas, como la empresa Albacora (ambos suman el 49% del capital del grupo) ya habrían ofrecido sus acciones a Ritz Carlton, que podría entrar como socio capitalizando su deuda. El traspaso de la compañía tampoco desagradaría a la petrolera mexicana Pemex –socio mayoritario con un 51%–, que en los últimos meses ha rechazado acudir a la ampliación de capital que demanda la banca y que habría hecho valer su peso accionarial para forzar el vuelco en la cúpula directiva de la compañía viguesa.

Un contrato ‘de salvación’

Para entender la situación actual de astillero Hijos de Barreras hay que remontarse a 2017. Entonces, la empresa dirigida por José García Costas se hizo con un contrato para construir dos cruceros para la nueva división de la multinacional turística The Ritz Carlton. Barreras cerró precisamente ese ejercicio con unas pérdidas de 3 millones de euros, ligeramente inferiores a las de 2016, de 5,5 millones de euros. A pesar de los números rojos, los dueños del astillero estaban seguros de que los nuevos contratos levantarían la situación. De hecho, la propia memoria de actividades de la empresa indicaba que “la ejecución del nuevo contrato del crucero de lujo, así como la construcción de un ferry generarán flujos de explotación positivos y suficientes para atender a las necesidades de pago sin ninguna dificultad”.

Pero no fue así. La ejecución del crucero no fue la esperada, ni en el tiempo ni en la forma. “El crucero tiene problemas estructurales y, además, un desfase en el tiempo de ejecución que crea significativos perjuicios a la empresa contratante, que ve como el buque no va a estar listo para la fecha comprometida”, explican las fuentes consultadas.

Según esas mismas voces, la situación fuerza a Ritz Carlton a buscar una salida. Una vez con García Costas –a quien responsabilizan de los problemas en la construcción del crucero– fuera de la gestión de la compañía, dos son los caminos que se le presentan. O llevarse el barco a otro astillero o entrar en el capital del mismo y asumir la gestión. La primera opción se desecha por el costo que generaría “ya que habría que empezar casi de cero con el crucero, lo que seguiría demorando su puesta en funcionamiento”. 

La banca atrapada

Aunque las opiniones son variadas, una parte del sector naval sostiene que la hipotética entrada de Ritz Carlton en el accionariado de Barreras alejaría el riesgo de caer en un concurso de acreedores ya que, a pesar de la situación actual, la empresa naval tiene carga de trabajo comprometida para varios años.

No obstante, y aún con la hipotética entrada del gigante turístico, los números son crudos ya que la compañía de Vigo se endeudó para poder acometer el lujoso crucero. En 2017 la compañía formalizó una póliza de crédito con cinco bancos por valor de 46,5 millones de euros. Además, ese mismo ejercicio, firmaría una póliza de garantías con otras seis entidades que incluía un aval sindicado con un límite máximo de 186 millones de euros. Según la propia memoria de la compañía, “este contrato tendría como objetivo garantizar frente al armador el cumplimiento por parte del avalado de determinadas obligaciones de reembolso asumidas bajo el contrato de construcción”.

La Xunta, dispuesta a apoyar

La situación de emergencia de Barreras, que también afecta a numerosas empresas auxiliares de Vigo, no pasa desapercibida a la Xunta de Galicia. El gobierno autonómico ha asegurado este viernes “que está predispuesta” a colaborar con el astillero y a apoyar “un proyecto que sea solvente y viable”.

“Son los accionistas los que deben evaluar la situación y, al mismo tiempo buscar soluciones de cara al futuro”, sostienen desde la Consellería de Economía, Emprego e Industria. “La prioridad tiene que seguir siendo el mantenimiento de los empleos en el astillero y en las empresas auxiliares, así como la carga de trabajo en Barreras”, añaden.

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