Cosmos tropieza con los tribunales tras sacar su producción de Galicia

La cementera controlada por Votorantim, que llevó a la parálisis a su planta gallega, prepara un recurso judicial de urgencia para poder operar como gestor de residuos en León

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Que la vida ofrece inesperados giros de guión es algo que han aprendido a la fuerza en Cementos Cosmos, el grupo de cementeras controlado, en su momento, por la gallega Corporación Noroeste, y ahora en manos del gigante brasileño Votorantim. Tras una dura batalla con los sindicatos y con una parte de los vecinos de Sarria, la compañía sacó adelante el verano pasado un Expediente de Regulación de Empleo en la planta de Oural, despidió a 28 trabajadores y otros 21 fueron trasladados a la fábrica de Toral de los Vados, en El Bierzo. Los obreros gallegos consiguieron que las instalaciones siguieran abiertas a medio gas. Moribundas, pero no muertas del todo. El grueso de la producción se fue para León, y la planta gallega, en mejores épocas referente para la zona norte peninsular, quedó operando con 15 trabajadores, solo nueve de ellos a jornada completa.

El plan de la compañía, que priorizó su enclave leonés al gallego, acaba de sufrir un serio revés. El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León ha frenado en seco las aspiraciones de Cosmos para ejercer como gestor de residuos al anular la autorización ambiental integral que le había otorgado el Gobierno autonómico. Al amparo de este permiso, en Toral de los Vados se quema biomasa y se habilitaron las instalaciones para iniciar procesos de coincineración, básicamente, quema de neumáticos, plásticos, combustibles derivados de residuos sólidos urbanos, fracciones ligeras de la fragmentación de vehículos fuera de uso y otros tipos de biomasa para su transformación en combustible. Este era el proyecto, que ahora depende del recurso ante el Tribunal Supremo que preparan los servicios jurídicos de Votorantim a toda velocidad.

De Luis del Olmo a la alcaldesa de Triacastela

Lo cierto es que Cosmos se ha encontrado con una fuerte oposición social para sus actividades de quema de residuos en El Bierzo, proceso para el que también cuenta con permisos en Galicia, en este caso, para la quema de neumáticos y biomasa. Alrededor del enclave de Toral de los Vados se despliegan terrenos donde operan cinco consejos reguladores de productos de calidad que han puesto el grito en el cielo al conocer el proyecto de la cementera. Junto a ellos, varios grupos ecologistas, agrupados en plataformas que contaron con el apoyo de personalidades como el periodista Luis del Olmo, mantienen desde hace años movilizaciones de rechazo a la incineración de residuos de Cosmos.

Un desapego similar hacia la compañía está germinando en Galicia. A finales de septiembre, de hecho, el Ayuntamiento lucense de Triacastela, junto a vecinos y miembros del antiguo comité de empresa, frenaron la marcha de 15 camiones que se dirigían a León cargados de caliza de la cantera gallega de A Vilavella para abastecer la planta de Toral de los Vados.

Cosmos recogía el material en Galicia, básicamente, porque es de mejor calidad que el que pueden obtener en otras zonas y sirve para fabricar un tipo de cemento especial, según explica el ex presidente del comité de empresa, Francisco López. El Gobierno municipal, que capitanea la alcaldesa Olga Iglesias, se escudó en un proceso judicial abierto por la destrucción de un camino para frenar el traslado del material y detener los camiones, que no llegaron a su destino. De aquellos barros, estos lodos.

Represalias

En medio de la polémica, Votorantim, que es en fondo y forma quien marca la hoja de ruta de Cementos Cosmos, presentó un ERTE para todos los trabajadores que quedaban en la planta, lo que equivalía, según manifestaron los sindicatos, a paralizar totalmente la fábrica. La actitud de la empresa indignó al Consistorio y a los trabajadores, que desde un principio apuntaron que la intención de Votorantim era cerrar la planta y aprovechar la materia prima gallega.

En el conflicto tuvo que intervenir la Xunta, con el conselleiro de Industria, Francisco Conde, y el presidente Núñez Feijóo a la cabeza. No en vano, Votorantim controla todo un imperio del cemento desde Galicia. La negociación del ERTE acabó en cinco despidos, uno de ellos voluntario, que dejó la plantilla de Oural en 15 trabajadores. Pero en el fondo de la cuestión, la tensión respondía a sucesos anteriores relacionados con el abandono de la planta de Sarria y el aumento de producción en León, algo que nunca se acabó de entender en tierras gallegas, por más que Votorantim apelase a la caída de la construcción y el descenso en el consumo de cemento.

Reducción del 79%

Y como prueba, los números. Los datos de producción de clinker, el producto intermedio del cemento, lo dejan claro. Las instalaciones de Sarria están prácticamente paralizadas, con una producción estimada a final de año de 46.140 toneladas, un 79% menos que en 2012, cuando se alcanzaron las 222.640 toneladas (el 50% de la capacidad máxima de la fábrica). En cambio, la planta de Toral de los Vados, según los datos de la propia empresa, ha elevado su producción un 47%, hasta las 630.179 toneladas.

Sin embargo, después de todo este proceso, la cementera parece haber caído en una encerrona, con un clima social desfavorable en ambos emplazamientos y con los tribunales al borde de tumbar su proyecto para ejercer como gestor de residuos. Ese era el plan para Toral de los Vados, la casa que eligió Cementos Cosmos tras abandonar Oural.

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